sábado, junio 29, 2024
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Futuro desierto altiplánico y mi pesadilla

Jorge Téllez Sasamoto

Las pesadillas son, por lo general, una parte no controlada de angustiosos sueños, que de alguna manera están dibujados por situaciones reales de días anteriores, poco o nada agradables, que nos dejan un sabor amargo en la boca y una preocupación genuina en nuestra mente por la situación pasada. Todos esperamos un futuro más agradable de nuestro modo de vida del que ofrecían los masistas, con ese nuevo recurso que nos ofrecía el Salar de Uyuni, el más alto, el más bello y el más rico, con el metal llamado Oro blanco, el litio.
Hace un mes hubo un seminario donde participaron expertos de Chile, Perú, Argentina, Brasil, Ecuador y México, auspiciado por el Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib), y nos aclaró a algunos neófitos, que el exportador más importante es Chile (en salares robados a Bolivia con la Guerra del Pacifico), que está exportando ya hace casi 20 años, que la máxima renta obtenida fue de algo más de 6.500 MM de dólares (lo que se recibía por la renta del gas) y que el agua dulce es el principal insumo para producir litio y que ese es el principal obstáculo para la nueva factoría de Carbonato de Litio evaporítico, que será la más grande del mundo.
Creo que ya adivinaron que esa agua será vía el RÍO SILOLI (nombre que impusieron los chilenos), que en algunos años tendrá la “virtud” de SECAR los manantiales de la Cuenca Endorreica del altiplano boliviano.
Este bendito territorio que es nuestro patrimonio y es la base física y geopolítica de Bolivia, ha tenido, durante toda su existencia, incluso desde antes de la colonia, la bendición con toda clase de recursos naturales, que debían habernos permitido transitar con holgura, decencia y comodidad económica y social por su historia. Pero no ha sido más que un angustiante y pesado transitar por un oscuro callejón y un angosto socavón, siempre al borde de la pobreza, incluso miseria e ignorancia de la mayoría de su población. Quiénes son los culpables de semejante destino y desastrosa gestión que nos ha quitado cualquier digno y provechoso futuro de sus hijos y su aporte a la humanidad en su conjunto. Aquí en esta historia o fábula, está la certera respuesta.
Según un cuento, varios ciudadanos de países vecinos se fueron a quejar a nuestro Dios, por la discriminación y la inocultable preferencia y cariño que él tenía hacia nuestro territorio. Uno de los chilenos, molesto por su indigencia y pobre territorio, interpelaba diciendo: “Les diste grandes extensiones de bosques, tierras verdes y prodigas para vivir. Además en su interior ingentes riquezas y recursos naturales como el mar, bañado por la corriente de Humboldt, repleto de peces y su alimento. Costas con millones de aves que defecan y se forma el salitre, que es el fertilizante que está salvando a esa tierra de la falta de producción de alimentos en Europa, Minerales diversos como el Cu, el Sn, la Ag el Au que están regados en todo su territorio y como yapa, recursos como la goma, el gas natural y el petróleo y el litio, imprescindibles para el desarrollo de la humanidad en curso. Dios lo miró benignamente y disculpando su pecado capital de envidia y su comportamiento posterior, de carcelero y garante de nuestro enclaustramiento, le dijo: Ya verás la gente con la que poblaré ese bendito territorio”.
Nos colmó el Supremo, en consecuencia, con recursos naturales y también con desagradables personajes, que como la mayoría de los políticos y/o ciudadanos “bien intencionados”. Unos y otros robaron tales recursos, los perdieron, los regalaron, los vendieron, los mal utilizaron, etc. Ahora, una vez más, sin medida ni clemencia estamos en la cochina calle y con la mano extendida pidiendo limosna y la caridad internacional. Nos quedamos sin gas, sin gasolina, sin diésel y pronto sin Gas Licuado de Petróleo (LNG), es decir sin ENERGÍA y sin excedentes financieros. De yapa se reveló el misterio, el litio no es energía y solo sirve para hacer cajas de batería para autos eléctricos.
Los ciudadanos bolivianos tenemos la obligación, una vez más, de exigir o, mejor, hacer pagar sus culpas y delitos a estos masitas y no masistas, como Evo y sus gabinetes, Arce y sus gabinetes, que han complotado contra nuestro país, como en el caso de la desaparición de nuestras reservas remanentes de más de 12 TCFs de gas y otro tanto de petróleo, con un valor de 59.000 millones de dólares, como socios de la certificadora de Reservas gasíferas y las empresas trasnacionales de los años de la capitalización y la mal llamada nacionalización de 2005 y 2006. No es suficiente que dejen el gobierno, hay que castigarlos.
No pretendan ni el olvido ni el perdón, solo es justicia.

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