domingo, junio 30, 2024
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Necesidad de asumir medidas de austeridad

A pesar de que desde la opinión pública surgen iniciativas para que el Gobierno de turno adopte medidas de austeridad ante la difícil situación económica del país, las autoridades nacionales al parecer no las toman en cuenta y continúan los gastos como si siguiéramos en la época de las vacas gordas, cuando recibíamos ingentes cantidades de dinero por la venta de grandes volúmenes de gas al Brasil y la Argentina, principalmente. Pero hoy las reservas gasíferas “han tocado fondo” y las Reservas Internacionales Netas (RIN) han bajado a niveles alarmantes.
Como consecuencia del deterioro de la economía nacional, por falta de previsión de quienes gobiernan desde el año 2006, hoy se observa numerosos problemas, como falta de dólares y combustibles, escasez de alimentos y su encarecimiento, mayor desempleo, etc. Entonces cada vez con mayor frecuencia aparecen medidas de protesta como marchas de sectores sociales, paros de actividades laborales, cierre de empresas formales, por acoso tributario o por la competencia desleal del contrabando, entre otros.
Por todo ello, atrás debieron quedar creencias gubernamentales exageradamente optimistas como aquella de que nuestra economía estaba “blindada”, sin saber realmente lo que ello significaba. Hoy por falta de propuestas realistas desde el gobierno nacional se deduce que la crisis económica continuará, pues no hay a la vista una fuente de ingresos económicos que reemplace de manera inmediata al gas que se agota. Además, los precios de minerales y otras materias primas fluctúan según la demanda internacional.
Ante ese ingrato panorama, urge reducir gastos, evitar dispendios inútiles, suprimir viajes innecesarios, anular las compras improductivas, evitar “inversiones” dispendiosas que solo sirven para mantener empresas estatales deficitarias. Tampoco se debería hacer uso de recursos privados, como los del sistema de pensiones, sin una garantía real para una devolución en tiempo prudente, considerando, además, que están próximas las elecciones generales y en condiciones normales implican cambio de gobierno.
Asimismo, se debería evitar recurrir sin límite a préstamos para cubrir los gastos excesivos del gobierno, incluso aquellos que se encuentran en trámite. Tampoco conviene seguir emitiendo “bonos soberanos”, porque se paga altos intereses y comisiones por ellos, hipotecando seriamente al país, como se lo hizo en el pasado, hasta en tiempos de auge financiero y cuando no se necesitaba mayor caudal de dinero.
Por prudencia, previsión y cuidado de lo que pertenece al Estado y cuyo administrador es el Gobierno, no se debería aumentar la deuda externa y menos los déficits fiscales, cargas que ya resultan muy pesadas para el país. También es urgente no aumentar la burocracia administrativa del Gobierno, sabiendo que con menor cantidad de empleados públicos marcharía en mejores condiciones la administración estatal.

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