lunes, noviembre 18, 2024
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Causa angustia familiar la falta de empleo

Al margen de los eventos políticos que abundan en nuestro país y que ocasionan enfrentamientos entre facciones oficialistas y de oposición, varios graves problemas van quedando sin solución, a pesar de que afligen a la mayor parte de la población. Nos referimos a la preocupación que surge en cada familia cuando hace falta el empleo que permita recibir mensualmente un sueldo para satisfacer necesidades básicas.
Lamentablemente, en nuestro medio hoy vemos cómo lentamente van desapareciendo las empresas formales, que en el pasado acogían a miles de bolivianos que podían ingresar a ellas y permanecer en funciones hasta jubilarse, gozando, obviamente, de beneficios sociales y atención sanitaria. Pero en los últimos años, aumenta la angustia de quienes buscan, a veces hasta con desesperación, trabajo para ganar sustento y hasta remediar urgencias. No obstante contar con profesión universitaria, muchos no logran su objetivo.
Y es que, desde el año 2006, cuando el MAS se instala en el gobierno, la enorme cantidad de dinero que ingresaba por la venta de gas a países vecinos y por altos precios de otras materias primas, no ha servido para diversificar la economía, ni para generar fuentes de empleo sustentables. Solamente se ha invertido para crear empresas estatales, muchas de las cuales han resultado deficitarias, además que han servido para dar ocupación a masistas, sin que se hubiera tomado en cuenta la preparación académica o técnica.
Como consecuencia de la falta de fuentes de empleo formal, millones de bolivianos han tenido que buscar maneras para sobrevivir en tan duras condiciones laborales. En algunos casos, migrando hacia el exterior en busca de mejores condiciones de vida. Otros han pasado al sector informal, como el comercio de toda clase de mercaderías. Sin olvidar que han crecido actividades delictivas como el narcotráfico, el avasallamiento de tierras o la minería ilegal. Por su parte, el gobierno de turno recurre a engañosos indicadores económicos para hacer creer que el desempleo está en niveles aceptables, aunque la realidad diga lo contrario.
Lo cierto es que amarga resulta la existencia para quienes prefieren vivir honradamente y rechazan las tentaciones de quien “pague bien” por cometer delitos. Esta situación de carestía en varios ámbitos es común en países con regímenes populistas que suelen recurrir a todo tipo de estrategias, manipulando los poderes públicos y haciendo creer que los buenos son solo ellos, para principalmente mantenerse en el poder, olvidando las necesidades de las mayorías.
Por todo ello, la falta de empleo seguro y digno, que permita vivir en aceptables condiciones a niños, mujeres y ancianos de cada familia, que padecen los rigores del hambre y las enfermedades, es uno de los principales problemas que debe enfrentar el gobierno de turno. No debería haber indolencia ante el dolor ajeno. En nuestro país, como en otras naciones pobres, es lacerante la vida de los que necesitan techo, pan y medicamentos, pero no los pueden conseguir por los aspectos mencionados.

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