lunes, noviembre 18, 2024
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Delincuencia por las redes sociales

Desde que el uso de internet se masificó en el mundo, en la década de 2000, muchas industrias de comunicación, de telefonía, radio, televisión, correo postal y prensa tuvieron que hacer cambios, apareciendo servicios como correo electrónico, telefonía y televisión por internet, entre otros. Internet también ha traído nuevas maneras de interacción personal a través de mensajería al instante, foros de manera virtual, y redes sociales. El comercio electrónico ha crecido mucho y hoy empresas o emprendedores pueden ofrecer por internet productos o servicios a nivel mundial.

Sin embargo, también delincuentes comenzaron a aprovechar las redes sociales y cada vez son más frecuentes los timos por internet, mediante correo electrónico, llamadas telefónicas y mensajes de texto. Generalmente las ofertas son tentadoras, como ofrecer trabajo remunerado en condiciones aparentemente ventajosas o negocios con jugosos réditos, por lo que personas incautas o necesitadas son atrapadas en esas redes hábilmente preparadas por estafadores.

Los llamados ciberdelincuentes mediante variadas tácticas ganan la confianza de sus víctimas, encontrando sus debilidades y con ayuda reciente de la Inteligencia Artificial (IA) llegan hasta a imitar voces de parientes, con la finalidad de que sus ofertas no sean motivo de desconfianza. Así dichos estafadores tratan de conseguir números de tarjetas de crédito o débito, información individual y contraseñas, para luego chantajear a sus víctimas.

Al respecto, en el mes anterior, mediante acción policial fue desbaratada una banda ciberestafadores, encabezada por reos del penal de Palmasola de Santa Cruz. En cuanto al número de víctimas se conoció inicialmente que eran 400 y que en allanamientos fueron incautados equipos electrónicos y armas de fuego.

Tomando en cuenta que la delincuencia se expande constantemente, es necesario recomendar que la población desconfíe de toda propuesta sospechosa por las redes sociales y haga la comprobación correspondiente si alguien o alguna entidad le pide datos personales. Y es que ninguna institución legal le debería solicitar referencias individuales o contraseñas solo mediante correos electrónicos, mensajes de texto o llamadas telefónicas. Por ello es prudente no enviar de manera impulsiva referencias personales o financieras. Es urgente impedir que más ciudadanos se conviertan en víctimas de estafas por quienes se hacen pasar por familiares, amigos o representantes de entidades financieras.

Que la población tome muy en cuenta estas recomendaciones y, por sentido común, desconfíe cuando la oferta de trabajo o negocio aparente ser muy generosa. Y que las autoridades nacionales encargadas de luchar contra la delincuencia por redes sociales redoblen sus esfuerzos porque puede aumentar la cantidad de perjudicados, de acuerdo con el avance tecnológico en materia de comunicaciones.

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