sábado, julio 6, 2024
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Estado Plurinacional discrimina al agro

Ya no hay duda sobre que la política económica que sigue el Estado Plurinacional está dirigida a despreciar las ganancias y adorar las pérdidas. Eso es lo que se observa al conocer la noticia de que las autoridades de este Estado van a invertir casi 350 millones de dólares en construir una red energética, para aumentar las exportaciones de energía eléctrica y, con ese motivo, descuidar y hasta olvidar la economía agraria del país, que es la única que puede garantizar el progreso del país.
No se puede dejar de considerar que esa cuantiosa inversión tendrá algunas utilidades para la economía del Estado Plurinacional, pues le significará recibir varios millones de dólares para atender sus crecientes gastos burocráticos, para la felicidad de cerca de 600 mil empleados púbicos. Esa inversión no sería objeto de observación, si no fuese que tiene ángulos quizás hasta negativos, y si no tuviese relación con otros sectores de la economía.
En efecto, mientras el Estado Plurinacional hace esa inversión en un plan energético, no invierte, podría decirse, ni un centavo en la agricultura. Es más, esa inversión no es la única, pues existen otras, tanto o más cuantiosas, para planes industriales y negocios públicos. Pero la agricultura, sedienta tanto de agua como inversiones, está discriminada y olvidada, porque el Estado Plurinacional no tiene noción de la cuestión agrícola y hasta la desprecia, creyendo, tal vez, que algún día se va a producir algún milagro y los campos van a reverdecer y los mercados se van a llenar de productos nativos para llenar el estómago del pueblo y hasta para su industrialización.
El desprecio a la agricultura y a la cuestión de la tierra por parte del Estado es casi proverbial, sin que se tenga en cuenta que esa política económica es culpable de la crisis económica que padece el país, ya que tiene que importar y fomentar el contrabando de alimentos para llenar el vacío de la producción agrícola.
Por otro lado, es posible ver con claridad que el proyecto de los casi 400 millones de dólares para energía, además de su alto costo, tardará en realizarse por lo menos cinco años y su aplicación durará otros tantos. A la vez su capacidad de dar beneficios será lenta, a costo del endeudamiento del país. Los beneficios para las masas populares serán mínimos y, como muchos proyectos de capitalismo de Estado, solo servirá para enriquecer al Estado propietario. Pero de momento los beneficios serán a largo plazo… si los hubiera.
En cambio, si por lo menos se invirtiera en el campo para rehabilitar la agricultura, la inversión sería segura, a corto plazo y fácilmente se recuperaría lo invertido, en poco tiempo. Es más, esa inversión produciría riqueza, serviría para habilitar la agricultura en valles y altiplano, dando trabajo a miles de campesinos.
Finalmente, el Estado Plurinacional no debe borrar con el codo lo que firmó con la mano.

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