domingo, diciembre 22, 2024
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No todo lo que brilla es criptomoneda

Luis Fernando Romero Torrejón

David Chaun, allá por el año 1983, concibió un sistema criptografico monetario electrónico llamado eCash, posteriormente en 1995 implemento DigiCash. Sin embargo, se considera al padre de las criptomonedas modernas a Satoshi Nakamoto, quien el 31 de octubre de 2008 lanzó al mundo el Bitcoin, siendo la primera transacción el 12 de enero de 2009, donde el precio de esta criptomoneda era de 0,00076 dólares. El resto ya es historia, parte de la globalización económica mundial, donde el futuro será el uso de dinero digital o virtual, donde poco a poco se dejará de usar el dinero físico. ¿Habrá divisas digitales como los dólares americanos con respaldo de su gobierno en un futuro?

Hace muy poco, Bolivia formaba parte de los únicos siete países del mundo donde se prohibía el uso de las criptomonedas, al menos a través de entidades financieras reguladas. Después de varios años, donde se sostuvo los riesgos inherentes a trabajar con criptomonedas y sobre todo su posible uso para lavar dinero y financiar actividades ilegales; esto cambio recientemente mediante la Resolución de Directorio 084/2024 que permite ahora las operaciones con activos digitales, que según el BCB es para fortalecer las actividades financieras y comerciales de nuestra economía mediante el uso de estas monedas digitales.

 

¿Qué son las criptomonedas?

En términos sencillos, las criptomonedas, criptodivisas o criptoactivos son dinero digital o virtual, que sirve como medio de intercambio, de pago, de transferencia, de inversión u otro de carácter financiero o comercial. En un activo monetario no tangible (virtual) que se transa mediante internet, cuyo valor o precio se define en su propio mercado y, por lo tanto, es variable. En nuestro país las criptomonedas más usadas son Tether, Bitcoin, Ethereum, Litecoin, Ripple, Binance.

 

¿En que ayudará a la población su uso?

Hay que comenzar indicando que “ayudará” a un segmento muy pequeño de la población del país, y que tampoco esta innovación va a aliviar la escasez de dólares en nuestra economía. Hay que recordar que el sector privado formal, importadores y exportadores, están obligados a hacer sus transacciones mediante una banca regulada, por la bancarización y por la normativa aduanera, entre otros factores.

Se observa que puede ayudar a personas naturales, empresas informales, y tal vez a algunas empresas formales que puedan evadir o no necesitar trabajar bajo alguna normativa específica financiera o fiscal vigente en el país.

Así mismo, tal como está ahora el panorama, sin normativa, ley o decreto sobre las criptomonedas de manera específica y detallada al respecto, se abren las posibilidades para que se pueda lavar dinero, tener un enriquecimiento ilícito y financiar actividades ilícitas mediante el uso de éstas. Es prioritario establecer un marco regulatorio establecido por el BCB y la ASFI, que no obvie la creación un mercado o bolsa de criptomonedas regulada por el Estado para evitar ilícitos y estafas a sus usuarios.

Para quienes no tengan acceso a dólares, y quieran evitar comprar los mismos en el mercado paralelo, cuyo precio ya superó en algunas partes del país los Bs 10, es una solución óptima para realizar pagos por bienes y servicios, trasferencias al exterior, diversificar su cartera de inversión y/o otros movimientos financieros dentro de este mercado. Por ejemplo, si quiero comprar un equipo tecnológico en China, si esa empresa proveedora acepta alguna criptomoneda, esto facilita el comercio, además de que la comisión es baja; pero si solo trabaja con dólares, ahí de nada le serviría esta reciente apertura a las monedas digitales en Bolivia.

 

¿Es seguro o no trabajar con este tipo de dinero digital?

Se puede comprar criptomonedas a través de un agente de cambio, un sitio web o un cajero ATM de criptomonedas. Claro, hay que tener conocimiento y estar muy bien informado para no caer en sitios, redes, plataformas o aplicaciones fraudulentas de estos activos virtuales, considerando que no son reguladas, ya que todo se tranza de manera digital, en la nube virtual, lo cual lo diferencia ampliamente de la banca tradicional. Además, una criptomoneda no tiene respaldo gubernamental en general y su valor es variable, a diferencia de las divisas como el dólar americano.

Entre algunas desventajas: 1) Los pagos con criptomonedas no tienen protecciones legales. 2) Por lo general, los pagos con criptomonedas son irreversibles. 3) Es probable que una parte de la información sobre sus transacciones sea pública, mediante el registro llamado “blockchain”.

Lo principal para no caer en estafas, es estar bien informado, conocer el mercado y el mundo de las criptomonedas y, sobre todo, no ser “muy ambicioso” y hasta ingenuo, como todo en la vida.

Algo que se debe tomar en cuenta:

  1. a) No pagar en criptomonedas a personas, empresas, sitios webs, otros de dudosa procedencia, a simple exigencia.
  2. b) Es una estafa muy probable cuando se ofrecen altas ganancias o rendimientos.
  3. c) No mezclar negocios con placer o sentimientos, los estafadores aprovechan estos aspectos para exigir la compra o inversión en sus monedas digitales, que en la mayoría de los casos son falsas o ni existen.

Hay mil formas para que puedan estafarlo con criptomonedas, por eso es clave estar bien asesorado (informado), trabajar con empresas o personas especializadas y certificadas en el mercado, porque existen hasta sitios falsos o clonados que pueden llevar a adquirir dinero digital basura.

Es importante recalcar que el riesgo no es tanto en la compra, si es que uno conoce el camino indicado, sino más en su almacenamiento. Tu wallet (monedero digital) puede ser hackeada o pueden robar las contraseñas con las que accedes a tu dinero digital, por ende, vaciarte todo.

El BCB no avala el uso de las criptomonedas, menos indica que es una moneda de curso legal, tampoco proporcionó una normativa específica para regular las compras e inversiones de éstas, al menos en el país (y de conocimiento público), ya que eso implicaría una gran inversión en tiempo y dinero. Se observa que se dio este paso, entre varias razones, por la escasez de dólares que está vigente en nuestra economía y que no puede ser resuelta hasta la fecha.

Finalmente, se abre un mundo para que muchas personas puedan ganar, perder, experimentar, arriesgarse, y por qué no, hasta triunfar, las posibilidades en este mundo de las criptomonedas son infinitas. Aunque por el momento no resolverá nuestra crisis, ni tampoco cambiar la forma tradicional de hacer economía, al menos en la mayoría de la gente boliviana, lo importante es prepararse para estos nuevos retos y emprendimientos, principalmente con la educación, que debería ser nuestra mayor inversión.

 

El autor es Presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.

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