Aún faltan semanas para que comience la tradicional temporada de siniestros causados por el fuego en Brasil, pero cientos de incendios, avivados por las altas temperaturas ya están arrasando el Pantanal, el mayor humedal tropical del mundo, y algunas zonas de la selva amazónica.
Los científicos afirman que la quema de tan vastas extensiones de tierra puede representar una nueva normalidad bajo el aumento de las temperaturas globales y la irregularidad de las lluvias, lo que dificulta mucho más los esfuerzos por salvar algunos de los ecosistemas más importantes del mundo.
Entre enero y junio de esta gestión se produjeron más incendios forestales en la parte brasileña del Pantanal, un enorme tesoro de biodiversidad que se extiende por tres países, que en el mismo periodo de cualquier otro año, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), que desde 1998 hace seguimiento de los incendios en Brasil.
Se trata del mayor número de incendios en al menos dos décadas, que también afectó la Amazonía y la sabana del Cerrado, un mosaico de arbustos, pastizales y árboles nudosos que abarca unos 3,1 millones de kilómetros cuadrados en las regiones central y nororiental de Brasil.
“Es muy preocupante”, dijo Ane Alencar, directora Científica del Instituto de Investigación Medioambiental de la Amazonía brasileña. Según Alencar, los incendios de esta magnitud no suelen producirse hasta agosto o septiembre, los meses de mayor intensidad. Pero el clima extremo hizo que los incendios provocados de manera imprudente por la gente se extiendan rápidamente fuera de control, sostuvo Alencar, “creando las condiciones ideales para que cualquier chispa se convierta en un incendio forestal”.
El Pantanal –parte del cual figura en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco– tiene más de 20 veces el tamaño de los Everglades. Se extiende a lo largo de las fronteras que dividen Brasil, Bolivia y Paraguay, pero aproximadamente el 80 por ciento se encuentra en Brasil.
Los incendios de este año han calcinado alrededor del 5% del Pantanal brasileño, un área aproximadamente del tamaño de Phoenix. Y los expertos dicen que los humedales pueden estar en camino de una temporada de incendios peor que la de 2020, cuando se incendió un tercio del Pantanal y unos 17 millones de animales murieron.
Cientos de incendios también están arrasando partes de la selva amazónica, una zona crucial contra el cambio climático porque captura y almacena enormes cantidades de gases que atrapan el calor. Sólo en mayo, las llamas arrasaron casi 202.342 hectáreas de la Amazonia, según los datos disponibles.
Los científicos afirman que las condiciones extremas que generan los incendios son consecuencia del cambio climático. En Brasil, como en el resto del mundo, las temperaturas medias están aumentando, lo que prepara el terreno para más sequías. En algunas zonas de la Amazonia, la estación seca dura un mes más que en la década de 1970 del siglo pasado, según muestran las investigaciones.
“El clima ya ha cambiado”, dijo Lincoln Muniz Alves, climatólogo del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. “Así que cuando hablamos del futuro, del cambio climático, ya no hablamos de lo que pasará en 20 o 30 años”, añadió.
Los investigadores afirman que la mayoría de los incendios forestales del Pantanal comenzaron como pequeños fuegos provocados por los agricultores, para que creciera hierba nueva en pastos que se habían vuelto menos productivos. Algunas comunidades indígenas y habitantes de los bosques también utilizan el fuego para ahuyentar a los animales salvajes del monte o dispersar a las abejas para recolectar su miel. (Infobae)
Avivados por altas temperaturas
Incendios forestales en Brasil arrasan el Pantanal y varias zonas amazónicas
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