Parque Madidi en permanente riesgo

Mientras en otros países hay tendencia a respetar la naturaleza, inclusive restaurando lugares con vegetación, en el nuestro continúa la destrucción de lugares con abundantes recursos naturales. No referimos particularmente a los parques nacionales, que, a pesar de ser protegidos por varias leyes, son motivo de incursiones de nacionales y extranjeros para saquear minerales, madera, cazar animales, plantar coca, etc.
Este es el caso del Parque Nacional Madidi, que se encuentra en el norte del departamento de La Paz, donde hay miles de especies de plantas, aves y cientos de tipos de mamíferos. Tan hermoso lugar cuenta con bosques, selvas, ríos y hasta glaciares. Pero allí –como en el Tipnis, donde se trató de construir una carretera que lo dividiría en dos–, se planea talar árboles para construir una vía para comunicar las poblaciones de Pelechuco y Apolo. Sin embargo, tales pueblos ya están vertebrados por una vía que bordea el parque Madidi.
Lo peor es que mineros auríferos ilegales siguen entrando en dicha reserva natural, a ríos y poblaciones indígenas, las cuales viven en estado de zozobra por acciones violentas frente a los pocos guardaparques del lugar. Además, esos cooperativistas mineros irregulares quieren una carretera que pase por la zona de “protección estricta”. Y demandan al Estado que les brinde seguridad jurídica para atraer más capitales foráneos e ingresar a otros territorios del país.
A pesar de la gravedad del problema, del abandono del Parque Madidi, los organismos estatales encargados de brindarle protección poco hacen para cumplir con sus deberes, posiblemente porque el sector minero, aliado del gobierno de turno, tiene enorme influencia y seguirá con sus labores de destrucción de la naturaleza.
Al respecto, se observa que funcionarios son amedrentados y expulsados de las áreas supuestamente protegidas. Y solo son ocasionales las acciones legales para detener las actividades ilícitas y desalojar maquinaria para extracción minera. Pero cuando desde grupos ambientalistas u otros sectores de la sociedad surgen reclamos, abundan las declaraciones de autoridades que aseguran que harán controles en los parques nacionales. Poco después, continúa la depredación, porque desde el año 2006 continúa la política extractivista. Es decir, explotar recursos naturales y venderlos hasta que se agoten.
No obstante, el crecimiento económico no deriva de utilizar más recursos no renovables, sino de mejores conocimientos. Es decir, de cómo podemos hacer un uso más productivo de esos recursos. Al respecto, en otros países buscan maneras, por ejemplo, de no usar mercurio en la minería, por sus efectos dañinos, o recuperar zonas para cultivos, así como es constante la búsqueda de conocimientos científicos para mejorar la agricultura sin deteriorar la naturaleza.
Finalmente, en vez de hacer declaraciones líricas sobre la protección al medio ambiente, las autoridades del sector deberían asumir medidas efectivas para evitar la desaparición de los parques nacionales. No olvidemos lo que pasó con el Chapare que, de ser un lugar paradisiaco, hoy es un territorio donde abundan los cocales para una producción ilícita.