Este 18 de julio, se conmemora en España el Alzamiento Nacional, un levantamiento contra la nefasta Segunda República y en defensa del bien común. La historiografía oficial llama a este evento Guerra Civil Española, pero obispos e intelectuales lo calificaron como Cruzada Española de Liberación.
Durante la cruzada, miembros del denominado Bando Nacional (entre ellos, requetés carlistas, falangistas, alfonsinos, primorriveristas y muchas personas de buena voluntad) lucharon para deshacerse del yugo que comunistas y liberales habían impuesto a nuestra Madre Patria España. La anarquía de la Segunda República practicaba con frecuencia el asesinato de muchos sacerdotes y monjas, usurpación de bienes de la Iglesia y persecución de los disidentes.
El profesor Cristián Garay Vera explica los pormenores ideológicos de esta gesta histórica en su magnífico libro El tradicionalismo y los orígenes de la Guerra Civil Española (1927-1937), publicado en Chile el año de 1987. Con trabajo, Garay obtuvo su licenciatura. Además, el libro lleva el prólogo de un gran intelectual chileno: el padre Osvaldo Lira.
Llámese tradicionalismo a la defensa de la monarquía tradicional (no la absolutista, que es más centralizadora) con una sana colaboración entre Iglesia y Estado, y respetando las autarquías regionales. Los intelectuales tradicionalistas españoles cuestionaban al fundamentalismo democrático y el ateísmo de Estado. A su vez, defendían a la monarquía católica para traer bienestar a su país; no solo para los católicos, cabe aclarar, sino también para toda persona de buena voluntad, fomentando el sano cumplimiento del deber con las autoridades y el sano gobierno, templado y no tiránico.
Fue precisamente el tradicionalismo aquella corriente de pensamiento a la que contribuyó la sociedad Acción Española, que protagonizó los preparativos intelectuales y propagandísticos para la resistencia contra la tiranía republicana. Junto con la Revista Acción Española y la Editorial Cultura Española, la agrupación logró sentar las bases para una resistencia que mueva a muchos hombres de las ideas a la acción.
El libro del profesor Garay incluye una larga lista de personajes destacados que pertenecían a Acción Española o colaboraban o simpatizaban con ella. Entre ellos, están: José Calvo Sotelo, Ernesto Giménez Caballero, Antonio Goicochea, Ramiro de Maeztu, Leopoldo Eulogio Palacios, José María Pemán, Víctor Pradera, Eugenio Vegas Latapié y el cardenal Isidro Gomá.
La obra detalla también las influencias que nutrieron el pensamiento de Acción Española, tanto desde adentro como afuera de España. Entre las fuentes, están: el decadentismo de Nicolás Berdiáiev y Osvaldo Spengler, el magisterio pontificio con el neotomismo y el integrismo, Acción Francesa, el tradicionalismo político hispánico o carlismo, y las reflexiones profundas elaboradas por Marcelino Menéndez Pelayo, Juan Vázquez de Mella y Juan Donoso Cortés.
La Cruzada Española nos trajo muchos mártires y santos, asesinados por odio a la fe, por ser fieles a Cristo hasta el final de sus vidas. Sin embargo, también fue el culmen un movimiento de intelectuales católicos a los que vale la pena recordar. Gracias al libro del profesor Garay, estos pensadores podrán perdurar en la memoria.
El autor es docente universitario.