Problemas por falta de dólares y combustibles

Entre las dificultades más graves que afronta el país se encuentran la escasez de dólares y la insuficiente cantidad de combustibles, particularmente para satisfacer la demanda de sectores productivos y de transportistas. Uno de los efectos más notorios de tales dificultades es la elevación de precios de productos de la canasta familiar, lo que afecta a millones de bolivianos que no viven del Estado ni gozan de elevadas remuneraciones económicas.
En cuanto a las empresas de todo tamaño, la falta de la divisa norteamericana impide que puedan adquirir insumos para mantener su nivel de producción y varias de ellas se ven obligadas a reducir sus operaciones o cerrar sus puertas. Además, a menor importación de artículos e insumos, resulta perjudicado el sector transportista, que ya no es requerido como antes para trasladar grandes cargas. Sin olvidar que las empresas afectadas reducen personal y aumenta la cantidad de desocupados, así como el número de informales, muchos dedicados a la venta en pequeña escala para sobrevivir.
A este panorama preocupante cabe añadir el descontento social por varios motivos, por ejemplo, cuando no son satisfechas demandas de obras o atención a varias necesidades. Cabe agregar pugnas por intereses políticos, como entre arcistas y evistas, por llevar como candidato del MAS a Luis Arce Catacora o Evo Morales Ayma, descuidando el tratamiento los problemas que agobian a la mayoría de la población. Y cuando el diálogo de los sectores sociales con las autoridades nacionales resulta improductivo, surgen medidas de presión, como el bloqueo de caminos, que causa enormes perjuicios económicos, no a los gobernantes, sino a quienes producen y a la población que está al margen de la política populista ineficaz.
En vez de acciones gubernamentales oportunas para resolver conflictos, observamos insubordinación militar, el 26 de junio, que desde el oficialismo es calificada como un “golpe de Estado”, pero que, desde la opinión pública, es puesto en duda por su improvisación y otros aspectos. También surgen anuncios rimbombantes, como el descubrimiento de un megacampo gasífero en La Paz, del cual habrá que esperar estudios que confirmen que su producción generará los recursos económicos que necesita con urgencia el país.
Lo concreto es que las empresas privadas, los transportistas y otros sectores laborales son afectados irremediablemente por la escasez de dólares y la insuficiente cantidad de combustibles en los surtidores. En general, varias instituciones demandan ante la crisis económica actual reducir el déficit fiscal, detener la baja de las reservas internacionales y evitar más deuda pública, particularmente interna. También plantean facilitar las exportaciones de la agroindustria y brindar seguridad jurídica para atraer capitales, entre otras medidas. Pero, ¿realmente se gobernará escuchando al pueblo?