lunes, julio 22, 2024
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Presos políticos en Bolivia

La Global Human Rights League (GHRL), señala que, en Bolivia, “un total de 278 personas son actualmente prisioneras por su pensamiento, de las cuales 250 son hombres y 46 son mujeres; entre estos detenidos, dos de ellos son menores de edad y se registró dos personas fallecidas” (*). He ahí un testimonio sobre los presos políticos, ofrecido por dicho organismo internacional. Y ha promovido un debate en los círculos respectivos.
Esos 278 presos políticos reflejan la persecución emprendida bajo la égida de los omnipotentes. Son reflejo de la búsqueda de chivos expiatorios, de la estrategia para consolidar ciertos regímenes, del afán de “atornillarse”, en la silla presidencial, de la ambición de enriquecerse a costa del erario fiscal. En ese marco fraguaron inclusive golpes de Estado, cuyos supuestos cabecillas fueron perseguidos, encarcelados o arrojados al ostracismo.
Los gobiernos de turno, en consecuencia, han emulado a los autoritarios, en cuanto al encarcelamiento de quienes piensan diferente y que, inspirados en principios democráticos, pusieron de manifiesto, sin temor, su desavenencia con aquellos que asumieron acciones de intolerancia, caudillismo y despotismo. Los autoritarios alentaron el regionalismo, inyectando la inquina entre occidentales y orientales, por sus propósitos oscuros e inconfesables. Alentaron la animadversión, con estilo del marxismo leninismo, contra los empresarios privados, que generan empleo. Discriminaron a quienes vivían en las ciudades. Las cercaron a fin que su población perezca de hambre.
Han tratado de perpetuarse en el Poder, conculcando la libertad de expresión. Tergiversando la verdad, para sacar réditos electorales. Acallando la voz disidente, a fin de imponerse políticamente. Enarbolando la democracia, para encubrir sus falencias. Cuentan, en la actualidad, con más de 500.000 empleados públicos, quienes forman el ejército burocrático bien estipendiado, al servicio de los gobiernos de turno. Ellos pueden participar en movilizaciones de respaldo y, como también, votar a favor de aquellos. Ocupan cargos públicos gracias al partido oficialista. De ahí que están comprometidos y agradecidos con él.
Los angurrientos por el Poder, que buscaron saciar sus apetitos, en una coyuntura de crisis económica, hicieron todo lo posible para que se mantenga esa realidad. Trataron de barrer todo vestigio opositor. Abrieron las cárceles para encerrar a sus adversarios. La consigna, posiblemente, fue contar con una vía expedita. Pero las victimas elevaron su voz, para ser escuchadas por el mundo democrático. Denunciaron la manipulación de ciertos operadores de justicia. Asimismo, los atropellos y las agresiones, tanto físicas como verbales. Resultado de todo ello es el reporte sobre el número de presos políticos en Bolivia, dado a conocer por Global Human Rights League.
En suma: que la tolerancia política, en democracia, signifique inclusión y unidad nacional.

(*) “GHRL afirma que hay 278 presos políticos en Bolivia”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 12 de julio de 2024.

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