Los campeones olímpicos franceses Teddy Riner y Marie-Jose Pérec formaron dupla para encender el pebetero de los Juegos de París, con lo que culminó una elaborada ceremonia en un lluvioso viernes.
Riner y Perec inclinaron sus antorchas hacia el pebetero, que se encendió rápidamente. Vino luego Celine Dion para interpretar el “Hymne à l’amour”, inmortalizado por Edith Piaf.
Riner ganó tres preseas de oro en judo y Pérec consiguió tres en atletismo —la primera velocista en hilvanar oros en los 400 metros con vallas.
El encendido del pebetero coronó una extravagante ceremonia de cuatro horas, concluida con los últimos relevos de la antorcha, que incluyeron a varias leyendas olímpicas. Muchas eran francesas, desde luego, pero también había figuras de otros países, como el español Rafael Nadal, la rumana Nadia Comaneci y los estadounidenses Serena Williams y Carl Lewis.
La identidad de quiénes encenderían el pebetero se mantuvo siempre en secreto hasta horas antes de la ceremonia, cuando Riner y Pérec supieron que se les había elegido. Sus identidades sólo se revelaron al mundo cuando Charles Coste, el campeón olímpico francés de más edad que sigue con vida, encendió sus dos antorchas. Tony Estanguet, jefe del comité organizador de los Juegos, dijo que sólo él conocía la identidad de “la personalidad o deportista” al que había elegido. Y ocultó la información para que el secreto no se divulgara.
Riner y Pérec, los elegidos para encender el pebetero
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