domingo, diciembre 22, 2024
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Coyuntura muy complicada

El sistema socialista acabó con la iniciativa privada. Confiscó sus bienes y devastó sus estructuras. En Bolivia, por suerte, no impera una situación de esas características. Aún conviven, pese a ciertas diferencias, privados y públicos, tratando de encontrar puntos de coincidencia, que les permita encaminar proyectos de interés común. Les incumbe, ahora más que nunca, extremar esfuerzos, para construir un país competitivo, con bienestar social. Más que todo, ahora que la adversidad alienta la incertidumbre.
Hay posibilidades para que aquellos, hoy como ayer, aúnen voluntades ante la crisis económica. Trabajar, en ese entendido, obviando, inclusive, posturas políticas. Todo ello para salvar del despeñadero a Bolivia. Si el Estado no tiene condiciones para encarar esa tarea, se tendría que recurrir a entidades privadas, que tienen mucha experiencia para manejar situaciones de esta índole.
Solo el esfuerzo conjunto, de públicos y privados, permitirá al país avizorar tiempos mejores. No deberíamos ni cuestionar a esos dos segmentos, propulsores de la economía nacional. El primero siempre buscó el bienestar social y el segundo siempre generó empleo. Ambos se deberían complementar, en esta circunstancia tan crucial por la salud de Bolivia. ¡Ahora o nunca!
Urge, en este tiempo de confusión y duda, cuando el boliviano ha perdido su poder adquisitivo, se agudiza la escasez de combustibles y el tipo de cambio del dólar ha trepado a 11.35 bolivianos (*), priorizar las necesidades más elementales de la población, posponiendo las pretensiones de carácter político. La ciudadanía no vive de la política, sino de su actividad particular cotidiana. El político no le proporciona el pan, sino su trabajo en tiempos austeros. No momento de pensar en elecciones, en candidatos ni proclamaciones, sino es el momento para asumir acciones tendentes a paliar los problemas económicos, buscando el bienestar y la tranquilidad de la población boliviana. De las personas necesitadas, en particular, porque sus recursos se van reduciendo y no les alcanzará, más adelante, ni para alimentarse.
Basta de demagogia y de angurria por el Poder. Basta de timar a la gente ignara. Basta de utilizar a ciertos sectores, cómo acémilas de carga electoral. La mentalidad de las personas ha cambiado en los últimos tiempos, y no permitirá que ciertos “salvadores”, convulsionen el país con sus majaderías. Lo primero, sobre todas las cosas, es ofrecer mejores condiciones de vida a nuestros congéneres. Lo demás es cuento chino. Todo ello debe acabar, por el bien común.
En suma: solo públicos y privados, en un trabajo conjunto, podrán revertir la situación actual, que preocupa a quienes son considerados ricos y también a los que tienen los bolsillos casi vacíos.

(*) “Dólar se eleva a Bs 11.35 y Gobierno anuncia controles”. EL DIARIO, La PAZ – Bolivia, 22 de julio de 2024.

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