Ante el ostensible estado de decadencia económica y sus consecuencias, altas autoridades nacionales, instituciones de toda clase y medios de comunicación han señalado en forma específica que la situación del Departamento de La Paz es de una crisis sostenida. Por ello han sugerido soluciones con el propósito de que nuestro departamento vuelva a convertirse en un polo de desarrollo y recupere el liderazgo político que históricamente tuvo.
Sin embargo, esa serie de propuestas se ha caracterizado por su carácter genérico y hasta abstracto, por lo que su materialización se hace muy difícil, determinando la continuidad del proceso decadente en que se encuentra. No se trata, en primer lugar, solo de la crisis de la ciudad de La Paz, sino de todo el departamento, que es víctima de abandono, maltrato y hasta desprecio.
Se debe señalar que la crisis de La Paz está extendida en todas sus provincias, cuyas poblaciones han migrado a las ciudades y han abandonado la agricultura que abastecía a amplias poblaciones. Han dejado de producir alimentos en alto porcentaje, en desmedro de grandes cantidades de población, que se han visto obligadas a importar alimentos o quedar bajo el yugo inclemente del contrabando. Es más, algunas provincias ahora solo producen coca y su sistema de vida gira exclusivamente alrededor de la hoja.
Por otro lado, recordemos que el progreso de La Paz comenzó hacia el año 1900, con una amplia actividad agrícola y desde entonces ingresó en una etapa de progreso sostenido que duró hasta hace algún tiempo. Precisamente, ahora el renglón de la agricultura se desplomó, vale decir que el principal factor económico de desarrollo fue aniquilado, lo cual, por tanto, determinó el colapso agrícola o sea la fuente de riqueza de La Paz y así dejó de ser polo de desarrollo nacional.
En síntesis, se puede subrayar que el progreso de La Paz se inició desde principios del siglo pasado y su agricultura creciente la convirtió en la vanguardia del progreso y a la vez en el principal polo de desarrollo nacional. Sin embargo, hoy los proponentes de hacer progresar a La Paz no abordan esos aspectos y, por lo tanto, siguen respaldando la política de decadencia a que ha sido sometida nuestro departamento. En efecto, en esa forma se ha perdido la perspectiva histórica que caracterizó al pueblo paceño de hace un siglo. Ya no se propone volver a la tierra para producir riqueza, ni mejorar el nivel cultural y el político. Por su parte las autoridades hacen propuestas abstractas de imposible realización o que son castillos al aire, es decir, sueños de una noche de verano.
Si no son tomados en cuenta los problemas mencionados y otros, seguirá el proceso de decadencia de La Paz, por lo que es urgente analizar las causas que los originan. Es el clamor de la población que las autoridades locales y nacionales escuchen las iniciativas que surgen de instituciones interesadas en que los paceños no sigan con este dramático estado de cosas.
Solución urgente ante decadencia de La Paz
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