Los mercados financieros globales tuvieron una compleja y volátil ronda de negocios este viernes, tras una sucesión de noticias de alto impacto en el mundo financiero. Los principales índices de Wall Street restaron hasta 2,8%, con el promedio tecnológico Nasdaq a la cabeza.
Las contrataciones en Estados Unidos se desaceleraron drásticamente el mes pasado ante las altas tasas de interés, mientras los empleadores añadieron unos débiles 114.000 puestos de trabajo.
El informe del Departamento de Trabajo de este viernes mostró una caída de los 179.000 empleos creados en junio. Los analistas esperaban 175.000 para el mes pasado. La tasa de desempleo subió al 4,3 por ciento.
La economía ha demostrado ser inesperadamente sólida frente a la campaña de la Reserva Federal para controlar la inflación con tasas de interés altas. La Fed elevó su tasa de referencia once veces en 2022 y 2023, llevándola a un máximo de 23 años. Pero los mayores costos de endeudamiento parecen estar pasando factura.
Las bolsas mundiales cayeron con fuerza y los grupos tecnológicos de alta valoración sufrían gran parte de las consecuencias, ya que la ansiedad de los inversores por una desaceleración económica en Estados Unidos hacía temblar los mercados, ya sacudidos por los resultados poco alentadores de Amazon e Intel.
Una caída que comenzó en Asia con un desplome del 5,8% para el índice Nikkei de Japón, su mayor descenso diario desde la crisis de marzo de 2020, se extendía por Europa y se encaminaba a continuar en Wall Street.
Las ventas se produjeron después de que el jueves se publicó en Estados Unidos una encuesta sobre la actividad de las fábricas más débil de lo esperado, y antes de que el viernes se publique en Estados Unidos el informe mensual sobre las nóminas no agrícolas, que, según las previsiones de los economistas, mostrará que el crecimiento del empleo se redujo a 175.000 puestos en julio, frente a los 206.000 de junio.
La Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo los costos de financiación de referencia en su nivel más alto en 23 años, entre el 5,25% y el 5,50%, durante un año, y algunos analistas creen que el banco central más influyente del mundo puede haber mantenido la política monetaria restrictiva durante demasiado tiempo, con el consiguiente riesgo de recesión.
Las acciones del fabricante estadounidense de chips Intel se desplomaron un 26%, después de que el grupo suspendió su dividendo y reveló sus planes de recortar un 15% de su plantilla.
El fabricante de chips de inteligencia artificial Nvidia, uno de los mayores contribuidores al repunte tecnológico, cayó un 1,8 por ciento. Los valores tecnológicos europeos bajaron un 4 por ciento.
«Existe cierta relación entre el crecimiento del PIB de Estados Unidos y el de los mercados emergentes. La relación ha tendido a variar a lo largo del tiempo, con un desacoplamiento del crecimiento de los mercados emergentes a finales de la década de 1990 durante la crisis financiera asiática y también durante el surgimiento de China durante la década de 2000″, explicó David Rees, economista Senior Mercados Emergentes en Schroders.
«Los movimientos de los precios de las materias primas afectan a las economías emergentes a través de dos canales clave: los términos de intercambio y la inflación. En cuanto a los términos de intercambio, es decir, el precio de las exportaciones en relación con las importaciones, el impulso inicial de los precios de las materias primas sería obviamente positivo para los mercados emergentes que exportan recursos naturales. Sin embargo, nuestra opinión de que los precios más altos de la energía se reducirían en última instancia, terminaría siendo positiva para los importadores de materias primas», añadió Rees. (Infobae)