Cómo educar mejor en área dispersa

La población estudiantil del área dispersa a pesar de los esfuerzos de los padres de familia, consejos educativos, algunas autoridades educativas y originarias, continúa siendo la más excluida en el ámbito educativo y municipal, ya que los recursos que reciben por infraestructura, equipamiento y otros son mínimos en la gestión, así como faltan laboratorios, salas de música, técnica, etc. A esto se suma la falta de agua potable, energía eléctrica y baños higiénicos.
Los procesos pedagógicos no son diseñados específicamente para atender la diversidad socio cultural existente en las unidades anexas y centrales, así como la marginación, la distancia, lo disperso de las casas, la exclusión y el alcoholismo en el nivel secundario, que genera violencia intrafamiliar, etc.
En este contexto, algunos territorios rurales hoy ya están urbanizados, básicamente las poblaciones capitales, las cuales han perdido su condición campesina. En cambio, en las ciudades viven migrantes del campo, que gracias a su sacrificado trabajo ahora se catalogan de primera o segunda clase. Además, ya no quieren conservar sus patrones ancestrales.
Existe energía eléctrica en algunas unidades centrales y agua potable, pero faltan estudiantes, lo que provoca el cierre de algunas unidades educativas anexas. Y es que solo se inscriben 4 a 7 estudiantes, lo cual según normativa no es suficiente para que se mantenga abierta una anexa. Esto porque en comunidades ya solo viven personas de tercera edad, pues hijos y nietos se trasladaron a las capitales, buscando mejores días.
Por estas dificultades áreas dispersas, es son necesarias acciones educativas con enfoque en derechos, interculturalidad, interdisciplinariedad, perspectiva de género e investigación educativa. Se debe buscar la equidad de oportunidades para nuestros estudiantes, garantizando su permanencia hasta el bachillerato, mediante convenios con universidades y/o institutos técnicos, los cuales brinden educación en su misma comunidad, abriendo sub sedes. Así no dejaremos escapar elemento profesional, que servirá a sus comunidades.
Debemos lograr continuidad desde la educación primaria, la educación secundaria logrando tener profesionales en educación superior, que estudien sin ir a las ciudades. Fortalecer la educación superior o técnica a partir de las sub sedes de universidades e institutos, establecidas en poblaciones rurales.
Necesitamos un enfoque comunitario para contribuir al fortalecimiento de las comunidades, fomentando la parte práctica e interrelación con los estantes y habitantes de su contexto, mediante esquemas de intercambio y participación social.
Es importante recuperar las experiencias ancestrales, respecto a cultura, lengua, costumbres y tradiciones, como prácticas desarrolladas en el quehacer diario. Pero para lograr ese cometido es importante que los gobiernos municipales cumplan su responsabilidad con el aspecto educativo, mediante la formulación de políticas de mejoramiento de infraestructura, equipamiento y mobiliario. Que cada institución cuente con los servicios básicos e internet y de esta manera se garantiza una mejora sustancial de la educación en las áreas dispersas.