miércoles, agosto 7, 2024
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Nuevas ideas ante la crisis política

La desorientación política en que se encuentra la población boliviana se refleja en la vida pública a través de una serie de manifestaciones, asociada a la falta de información acerca de nuestra propia realidad, a la ausencia de partidos políticos, de intelectuales, a la carencia de personalidades políticas que expresen las verdaderas características históricas del país, en sustitución de expresiones tergiversadoras actuales, muy criticables por sus prejuicios y falsas premisas e interpretaciones.
Como resultado de ese desconocimiento de la verdad, surgen personas de buena fe que hacen propuestas optimistas, pero que, lamentablemente, son más producto del movimiento de sus mentes y no producto del conocimiento objetivo del desarrollo material de la vida social boliviana. Algunos proponen programas políticos inalcanzables, mientras otros añoran el pasado con lágrimas en los ojos, o bien formulan opiniones emergentes de sus emociones inmediatas o de sus buenas intenciones o por motivos superficiales o, en ocasiones, originadas en conocimientos adquiridos por ideologías, escuelas de pensamiento y universidades que ofrecen educación empírico-positivista, o provienen de enseñanzas clásicas o escolásticas.
En la actualidad, sigue vigente la idea de que las elecciones para magistrados deben ser realizadas con base en el voto popular, que ya ha fracasado en dos oportunidades. También está la idea conservadora del voto calificado y otras que ofrecen establecer sistemas como el federal, el comunitario, el comunista y otros más utópicos aún, que provienen de la lectura de textos foráneos, similares a las utopías de soñadores, como el caso de don Quijote, quien, por poco dormir y mucho leer, vino a perder el juicio e imaginar el reino de la isla de Baratería, terminando por dar con sus huesos frente a molinos de viento.
En estos días ha surgido la propuesta de un comité oriental para que sean adelantadas las elecciones generales fijadas para el año 2025 y que se acorte la vida del gobierno actual, a fin de solucionar, de esa manera, la atomización de la política, las expresiones espontáneas de las instituciones y su carencia de orientación en torno a la realidad nacional. En todo caso, un evento electoral adecuado podría ser aceptable en caso de que estén dadas ciertas condiciones y que, principalmente, existan partidos políticos con ideologías que reflejen la realidad y, ante todo, que respondan al momento nacional y democrático en que se encuentra el país, para que el mismo no sea conducido a aventuras descabelladas que lo lleven al abismo.

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