El candidato del PSC, Salvador Illa, ha sido investido ayer presidente de la Generalitat de Cataluña, con mayoría absoluta, en un pleno atípico marcado por el fugaz regreso de Carles Puigdemont a Cataluña después de permanecer casi siete años huido de la Justicia española.
El Pleno se ha iniciado puntualmente a las 10:00 horas, con todos los diputados en sus escaños salvo el propio Puigdemont, quien, a pesar de haber prometido que iba asistir al debate de investidura, permanece desaparecido tras su aparición fugaz en el Passeig de Lluís de Companys de Barcelona, donde se ha dado un baño de masas. El expresidente no ha votado telemáticamente ni tampoco ha delegado su voto.
Después del receso para la comida, la sesión ha estado paralizada hora y media más de lo previsto después de que Junts solicitara por dos veces que no se reanudara, primero, por lo que ha definido como «gravísima y desproporcionada» operación de los Mossos d’Esquadra para detener al expresidente catalán, y después, por las noticias de una «orden de detención» contra el secretario general de JxCAT, Jordi Turull, por ayudar a Puigdemont a huir. Pero las peticiones han recibido el rechazo de PSC y ERC -que tienen mayoría en la Mesa del Parlament-.
UN DEBATE CON REPROCHES CRUZADOS
El debate ha arrancado con el discurso de investidura del candidato, quien ha comenzado exigiendo «la aplicación ágil, rápida y sin subterfugios» de la ley de amnistía. En su intervención, se ha comprometido a gobernar «para todos» y ha tendido la mano a todos los grupos, salvo a Vox y Aliança Catalana, para acordar durante la legislatura.
También ha garantizado que no tiene intención de «desmontar nada» a pesar de las discrepancias con los ejecutivos precedentes y ha defendido los acuerdos alcanzados con ERC y Comuns Sumar, que le ha permitido lograr la investidura.
Por otro lado, el presidente del grupo parlamentario de Junts en el Parlament catalán, Albert Batet, ha lanzado duros reproches a ERC por apoyar la investidura de Illa, así como al propio candidato, de quien ha dicho que será un «presidente españolista» al frente de «una Generalitat sucursalista» de la Moncloa. A su juicio, con Illa se «autoimpone un 155» en Cataluña, y por ello, ha pedido al independentismo que «tome nota».
Además, ha avisado a Illa de que no busque en Junts la «gobernabilidad», pues ha erigido a su formación como «la única alternativa al PSC» y como la única realmente «comprometida» con la independencia de Cataluña. Y se ha mostrado escéptico con el cumplimiento de los acuerdos del PSC y ERC porque, ha asegurado, «no dependen de leyes aprobadas» en el Parlament, «sino de leyes aprobadas en el Congreso».
A pesar de los reproches de Junts, ERC ha confirmado su apoyo al candidato socialista, aunque ha avisado de que su voto es «un sí con condiciones», y que lo han hecho para «desbloquear» porque «no hacer nada no es una opción». El presidente del Grupo Parlamentario, Josep María Jové, ha advertido a Illa que «no tiene garantizada la legislatura», y ha indicado que no les «temblará el pulso» si no se cumplen los acuerdos de investidura, ya sea en el Parlamento o en el Congreso. (RTVE)