Los niños de Oriente Próximo llevan «una vida envuelta en la incertidumbre y la violencia», lamentó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que teme que la situación empeore «muchísimo» en caso de un estallido definitivo de las tensiones en la región asiática. «Más allá de trágicas muertes», miles de menores sufren heridas que marcan sus vidas.
«Cualquier escalada de violencia en la región tendrá graves consecuencias humanitarias y pondrá en peligro la vida y el bienestar de muchos más niños y niñas», advirtó la directora de Unicef para la zona, Adele Khodr, que teme «efectos duraderos» para las perspectivas de paz y llama a rebajar las tensiones de manera «inmediata».
La alternativa a esta potencial desescalada es, en palabras de Khodr, «inconcebible». La responsable de Unicef ha subrayado que «lo que la infancia realmente necesita es paz y seguridad, la oportunidad de una vida digna y libre de privaciones y miedo» y ha recordado que los civiles deberían gozar de una especial protección.
Khodr sostuvo que prácticamente cada ataque deja a niños entre sus víctimas, pero «más allá de esas trágicas muertes», ha recordado que miles de menores han sufrido heridas que «han marcado para siempre sus cuerpos y causado daños inconmensurables en su salud mental», mientras que otros muchos viven al límite fuera de sus hogares.
Por este motivo, ha reclamado «la máxima moderación a todas las partes». «Los niños y niñas tienen derecho a ser protegidos de la violencia y esto debe respetarse siempre», ha recalcado. (Europa Press)