Las cosas están peor que hace dos años, gracias a la mala administración de Luis Arce Catacora. Las cosas están peor que 20 años atrás, gracias al mal gobierno del MAS, sus políticas no han mejorado la economía, han aumentado la inflación, los impuestos, ha crecido el aparato estatal. Solo los que forman parte del gobierno se enriquecen cada vez más. Se ha desmantelado las defensas militares del país, se ha estancado la economía, hemos vuelto a la época de la UDP, cuando todo escaseaba, había filas y todo era caro.
Filas para comprar gasolina y diésel, filas en las embajadas para emigrar a otros países, filas para buscar una ficha en un centro de salud, filas para todo. Nos dijeron que el MAS traería el cambio, pero resultó peor que la enfermedad. La economía no ha mejorado. Arce y su gobierno no entienden a la gente corriente, que solamente le pide que asuma responsabilidad por el desastre económico y financiero, al cual él nos ha llevado como ex Ministro de Economía. Tampoco se salva el ex mandatario Evo Morales, pues todo este caos económico es producto de la mala toma de decisiones de su parte. Su famosa frase “Métanle nomás” es el símbolo lapidario de su irresponsabilidad absoluta. Solo hay bufones e irresponsables. La economía en Bolivia sigue de crisis en crisis; con un modelo económico deformado, desgastado, el adoctrinamiento prevalece sobre las razones económicas. Se hacen visibles en la práctica las teorías keynesianas. La intervención del Estado en la economía ha sido un desastre, la política económica en Bolivia se ha convertido en un aparato esencial para reproducir el poder económico del partido, enseñando a cada uno de los defensores del modelo económico, que el narcotráfico, el contrabando y el tráfico de tierras, es la meca de la economía boliviana, según le convenga al partido en el poder; para que se reproduzca y se socialice en todas las actividades productivas del país.
Con estos postulados económicos, muchos empresarios y dirigentes políticos de “izquierda” y “derecha” pactaron con el gobierno, aprendieron a adaptarse para continuar pasivamente en la posición de obedecer lo que su gobierno les ordena; pues ideológicamente y aprovechando su vulnerabilidad infantil se les inculcó que es algo natural la corrupción, el narcotráfico, el contrabando y el tráfico de tierras. Todos fueron contaminados por la política del MAS.
El poder autoritario que hoy gobierna Bolivia necesita, para que funcione su modelo criminal para los intereses nacionales, un ejército de empleados públicos mediocres, es decir, funcionales, sin pensamiento crítico, personas indiferentes, sin moral ni ética, que no cuestionen las atrocidades de sus amos. Funcionarios públicos sin carácter, ni personalidad, que obedezcan lo que se les impone. Eso es el modelo económico socio productivo comunitario. Son las ideas de un economista frustrado.
Desgraciadamente, el modelo económico desde hace años se ha basado en principios erróneos y a pesar de diferentes observaciones de economistas y entendidos en la materia, el Ministerio de Economía y Finanzas Publicas, sigue persistiendo en sus lamentables equivocaciones. La economía en Bolivia hoy implica extraer y explotar, de manera indiscriminada, nuestros recursos naturales, aprender el movimiento de las actividades económicas ilícitas (narcotráfico, contrabando, corrupción y tráfico de tierras y personas). Se dejó de lado el turismo y el espíritu emprendedor para producir algún bien o servicio y se dio preferencia a lo ilícito y a actividades criminales.
En el área rural y en las laderas urbanas nuestra gente económicamente activa sigue sin empleo, nuestros jóvenes profesionales no tienen trabajo ni estabilidad laboral, nuestros adultos mayores reciben una mísera jubilación, los precios están por las nubes, todo está caro. He aquí nuestro divertido modelo económico productivo comunitario, donde el corrupto, el politiquero, el narcotraficante, el contrabandista, el avasallador y el traficante de blancas, está bien parado. Este es el desgobierno, el caos, donde el gobierno no sabe qué hacer, ante la presión de la economía y la conspiración del ex mandatario Morales, sabiendo ellos que perdieron el control del gobierno y de los factores de gobernabilidad. Se niegan a aceptar esta realidad, pero tarde o temprano ella terminará por imponerse, ya no hay otra opción.
El modelo económico socio productivo comunitario es producto de la mala conducción de las autoridades económicas, donde ha prevalecido el intervencionismo estatal. Cada política económica o solución planteada por el gobierno es cada vez más peor que su precedente y es enorme el total de las fuerzas productivas perdidas por nuestro país.
Debemos empezar a cambiar el chip de los bolivianos y de las futuras generaciones, para que estén equipados, ejercitados y endurecidos para la vida en general. Preparados para la guerra económica. Este armamento indispensable, el buen sentido y la voluntad no se los adquiere con un gobierno populista y demagógico. Por el contrario, lejos de cambiar la mentalidad de los bolivianos, los incapacita para su situación próxima y definitiva; por lo tanto, su entrada en el mundo competitivo, donde cada país está viendo más allá de sus narices y miserias políticas. Que se vayan todos los culpables del desgobierno y demos espacio a nuevos líderes con mentalidad diferente, moderna.
Jhonny Vargas, es politólogo y docente de Postgrado.