martes, agosto 13, 2024
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Tras incursión en Kursk

Tropas de Putin atacan con bombas racimo granjas de vacas en Ucrania

Las tropas del gobierno de Vladimir Putin descargaron su ira contra las vacas de Ucrania con bombas racimo. Lanzaron los destructivos explosivos contra los habitantes de Sumy en respuesta a la ofensiva de Kiev. Los agricultores de la zona se enfrentan a una difícil elección: quedarse con sus animales o abandonarlos para salvarse.

En el pueblo ucraniano de Basivka, situado a sólo dos kilómetros de la región rusa de Kursk, donde la incursión de Kiev en la zona cumple su séptimo día, sólo queda un puñado de residentes locales.

Yurii Malovanyi es uno de ellos. Dijo que su granja lechera había sido alcanzada dos veces por las bombas de racimo rusas, convirtiéndola en un matadero tras el segundo ataque.

«Entramos en la casa. Como casi no hay cobertura de internet móvil ni electricidad, empecé a consultar rápidamente las noticias en la aplicación de mensajería Telegram que descargué en mi teléfono. Me tumbé en el sofá para leer las noticias, pero me interrumpió la explosión. Todo estaba destruido. Había arreglado todo hace apenas un mes», contó el hombre a Reuters.

Malovanyi dijo que el ganado que sobrevivió al ataque resultó herido. Reacio a huir, Malovanyi decidió finalmente marcharse y trasladar el ganado herido a un lugar seguro.

«No he huido, llevo tres años viviendo aquí sin importar si había ataques o no. No soy ni un emigrante ni un refugiado que huye. Me quedé aquí en tierra. Sin maniobras. Ni siquiera pensaba marcharme», aseguró. «Si no hubiera sido destruido, me habría quedado aquí».

«Planeaba alimentar a las vacas con el grano. Pero el grano se quedará aquí al igual que las vacas muertas», finalizó, resignado.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, declaró el domingo que Rusia había lanzado este verano cerca de 2.000 ataques transfronterizos contra la región ucraniana de Sumy desde la región de Kursk.

Yurii Oliynyk, otro granjero de Basivka propietario de unas 40 vacas, se negó a abandonar a sus animales a pesar de los llamamientos de las autoridades regionales para que se procediera a evacuaciones obligatorias.

«No puedo dejarlas atrás. Evacuamos a los gatos, pero es imposible dejar atrás a las vacas. Un gato o un perro pueden encontrar comida en alguna parte. Pero a las vacas hay que alimentarlas y ordeñarlas», dijo. «Crecí aquí, nací aquí. Es mi tierra, mis raíces. Y no quiero ver ni un solo katsap (despectivo para los rusos, ndr) aquí. Soy legislador local y acordamos que yo sería el último en irme. Aún no soy el último que se queda aquí».

El hombre también habló de la vida en una zona blanco frecuente de ataques rusos. Dijo que la ofensiva ucraniana en la vecina región de Kursk logró, al alejar la línea del frente, redujo los ataques de artillería de las tropas de Putin.

«Los Katsaps dejaron de bombardear la zona porque fueron alejados de la frontera a una distancia mayor que el alcance de la artillería. Sólo atacan con bombas de racimo», dijo. «No pueden alcanzarnos con fuego de artillería. Ahora todo está tranquilo. En el pasado, solíamos correr de un arbusto a otro para escondernos de los drones porque los utilizaban para golpearnos», acotó.

«Hasta que no los alejemos más, hasta que no haya una zona de seguridad al otro lado de la frontera, nuestro territorio no será seguro», continuó. «Nos pidieron que nos alejamos 2, 5, 10 km de la frontera. Imagínense la calidad del suelo aquí y cuántas hectáreas de tierra fértil se desperdiciaron. ¿Cómo voy a dejársela a esos ‘coyotes’? ¿Para qué? Hay que establecer una zona tampón al otro lado de la frontera. No necesitamos sus tierras, pero nunca se lo perdonaremos».

En los últimos días, voluntarios ucranianos evacuaron a decenas de residentes del norte de la región de Sumy en previsión de más ataques rusos en respuesta a la incursión militar transfronteriza de Ucrania en la región de Kursk.

Las fuerzas ucranianas atravesaron la frontera rusa el pasado martes y barrieron algunas zonas occidentales de la región rusa de Kursk, un ataque por sorpresa que podría tener como objetivo ganar influencia en las posibles conversaciones sobre un alto el fuego tras las elecciones de noviembre.

Los rusos también evacuaron más de 120 mil personas en las vecinas regiones de Belgorod y Kursk, ante la incapacidad del Kremlin de repeler el mayor ataque en suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial. (Infobae/Reuters)

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