miércoles, agosto 14, 2024
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Cepal estima 1,7% de crecimiento para Bolivia

> La actual coyuntura que pasa el país por la escasez de dólares y combustibles, pueden incidir en la cifra hasta fin de año.

A pesar de que el Gobierno proyectó en su Presupuesto General del Estado (PGE) 2024 de un crecimiento de 3,71% para la presente gestión, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que la economía boliviana alcance una cifra de 1,7% y la ubica entre las de menor crecimiento de Sudamérica. Los organismos internacionales fijan un desempeño económico menor a 2%.
Los datos que presentó ayer el organismo internacional en su informe anual Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: Trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo, presentan a Bolivia con el crecimiento más bajo de Sudamérica.
Para el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, el informe proyecta para Bolivia un crecimiento del 1,7% el 2024 y del 2,2% el 2025. “Este dato la ubica como la economía con menor crecimiento de Sudamérica, y como la segunda de menor crecimiento de la región en la presente gestión.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaron que Bolivia tendría un crecimiento del 1,4% y 1,6% este 2024, lejanos de la meta gubernamental del 3,71%. La crisis multidimensional limitará su crecimiento económico este año.
La Cepal publicó ayer su nueva edición de su informe anual Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: “Trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo”, en el que proyecta que la región crecerá un 1,8% el 2024 y 2,3% el 2025. En cambio América del Sur, tendría un crecimiento del 1,5% el 2024 y del 2,4% el 2025. Solo Argentina (-3,6%) y Haití (-3%), serían las únicas economías que decrecerían en esta gestión, sostiene.
Informe
El informe recalca que la región se mantiene estancada en una trampa de bajo crecimiento, acompañada de un mal desempeño de la inversión y una baja productividad laboral, a lo que se suma el poco espacio interno para implementar políticas macroeconómicas de reactivación y la incertidumbre global.
Según el reporte, en el transcurso de la última década, los países de América Latina han exhibido un bajo crecimiento económico, con una tasa promedio del 0,9% en el período 2015-2024.
Por ello, el reporte señala que dinamizar el crecimiento constituye una tarea primordial para que la región pueda responder a los desafíos ambientales, sociales y laborales a los que se enfrenta en la actualidad.
“Enfrentar la trampa de crecimiento, aumentar el empleo y crear empleos de mayor productividad requiere el fortalecimiento de las políticas de desarrollo productivo que sean complementadas con políticas macroeconómicas, laborales, y de adaptación y mitigación al cambio climático”, enfatizó el secretario Ejecutivo del organismo, José Manuel Salazar-Xirinachs.
En su segunda parte, el informe analiza el impacto de la trampa de bajo crecimiento y el cambio climático en la dinámica del empleo. Los principales resultados indican que existe una estrecha relación entre el crecimiento y la creación de empleo a nivel agregado y sectorial, por lo que la desaceleración observada en la tasa de crecimiento de la economía se tradujo en una caída de la tasa de crecimiento del número de ocupados en la última década. Entre 2014 y 2023, el crecimiento promedio del número de ocupados de la región fue del 1,3%, un tercio de lo registrado en la década de 1970 (3,9%).
Por otro lado, el crecimiento de la ocupación se explica principalmente por el aumento del empleo informal, en particular de las mujeres. Al igual que la dinámica del empleo total, la informalidad se concentra en los sectores de menor productividad, especialmente construcción, comercio, transporte/turismo y servicios (que en conjunto abarcan el 74,4% de los ocupados informales).
Con respecto al impacto del cambio climático sobre el empleo, el informe de la Cepal muestra un escenario en el que, en la medida que no se realicen las inversiones en adaptación y mitigación, la intensificación de los choques asociados al cambio climático podría provocar una pérdida cercana a 43 millones de puestos de trabajo (es decir, 10% de la fuerza laboral) de aquí a 2050, de los cuales unos 15 millones se perderían entre los sectores agrícola y turismo.

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