lunes, noviembre 4, 2024
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Gobierno de unidad

Los gobiernos de turno, para aferrarse del Poder, han deteriorado la unidad nacional. Han marcado, en consecuencia, con sus colores los puntos geográficos donde tendrían, supuestamente, acólitos. Y aquellos que no estuvieron incluidos en ese ámbito, fueron tildados de enemigos del proceso iniciado en 2006. Sus líderes más representativos fueron descalificados, perseguidos y encarcelados. Se trató de acallar, como en los países donde impera la dictadura socialista, la voz de los contestatarios. Se trató de amedrentar a quienes pensaban diferente. Todo ello está en la memoria histórica. No hay intención de tergiversar la verdad.
El regionalismo fue enarbolado por aquellos, en beneficio de sus intereses partidarios. Para distanciar a las regiones productoras y consumidoras. Para incidir en el color de la piel de sus habitantes. Para promover, en este contexto, confrontaciones de índole político. Grupos violentos, aleccionados políticamente, amenazaron inclusive con tomar la capital cruceña. Se sembró, asimismo, odio e intolerancia entre el campo y la ciudad. Con el objeto de arrinconar a quienes no aceptaban los despropósitos gubernamentales. Al extremo que proscribieron a la corbata. “El tiempo del cambio se impone”, dirían.
Tomando en cuenta tales hechos, se necesita un gobierno de unidad, sin cálculo político ni “cartas bajo la manga”. Que honre, con miras al futuro, los compromisos adquiridos recientemente. Que consolide una gestión responsable, como respuesta a los desafíos de la coyuntura. Con vocación de servicio a los humildes, cuidando la canasta familiar. Restaurando el poder adquisitivo de la moneda nacional. Restañando las heridas provocadas por los excesos del pasado. Amnistiando y liberando a presos políticos. Movilizando, con espíritu de bolivianidad, a todas las regiones, entidades sindicales, cívicas, culturales e instituciones, públicas y privadas, para derrotar la crisis económica. Con el fin de lograr el desarrollo sostenible. Al margen, obviamente, de intereses creados. Entonces surgirá el reconocimiento de la historia y de los hombres.
Será muy importante que surjan líderes jóvenes o mayores, pero con solvencia moral y sin vestigios de un pasado dudoso. Para ser más explícitos, que no tengan “cola de paja”. Que consulten criterios, proyectos y programas. Que sean una prenda de garantía para conducir el Estado boliviano y, asimismo, para construir un futuro sin sobresaltos de carácter económico. Tomando en cuenta “que una cosa son las ofertas demagógicas de politiqueros y otra, muy diferente, la que tiene que ver con ofrecimientos sinceros y realistas. En todo caso, la población del país requiere no solo promesas de emprendimiento para reactivar la economía nacional en el futuro, solamente para ganar votos en las elecciones generales del año 2025 y después decir que nunca habían ofrecido esas obras soñadas”. (*)
En suma: solo la unidad nos permitirá avanzar.

(*) “Desindustrialización del país en marcha”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 13 de marzo de 2024.

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