Exasperante alza de precios en mercados

Debido a la crisis económica actual, surgen poco a poco las marchas de protesta de sectores sociales, pues disminuye el poder adquisitivo de la moneda nacional y sigue la falta de dólares, mientras que en varias regiones todavía se espera que se normalice la provisión de combustibles. Pero lo más preocupante es la subida paulatina de los precios de productos de la canasta familiar. Por ello resultan perjudicados millones de bolivianos que mediante su trabajo diario pueden subsistir. Y es que solo masistas pueden acaparar cargos públicos, generalmente sin méritos académicos o técnicos, lo que les permite enfrentar con holgura la difícil situación económica actual.
Lo cierto es que, cuando las amas de casa van a los mercados de abasto, se encuentran con que han aumentado los precios de varios productos básicos, causándoles enorme preocupación. Y cuando ellas consideran que los nuevos precios son arbitrarios, no tienen a la mano a quién quejarse, es decir que funcionarios municipales o de la Defensoría del Consumidor, brillan por su ausencia.
Al respecto, las autoridades, como es usual, achacan dicho encarecimiento a fenómenos climáticos, inflación importada y contrabando inverso, es decir salida de productos nativos a países vecinos, donde se obtiene mayor ganancia. Pero, según economistas, la falta de dólares es uno de los principales problemas, pues también suben de precio insumos y materias primas para la producción agrícola y de otros rubros. Además, no faltan los bloqueos de caminos que impiden el libre tránsito de personas y productos.
También se asegura que no hay apoyo suficiente a la agricultura en el país, particularmente desde el año 2006, cuando el MAS llega al gobierno del país. Posiblemente porque los gobernantes de entonces creyeron que había un “mar de gas” en territorio nacional y que sería una permanente fuente de ingresos. Pero ahora la producción de gas se extingue y es notoria la falta de recursos económicos para que funcione sin tropiezos el aparato productivo y se pueda hacer las importaciones necesarias.
En consecuencia, el Gobierno de turno está obligado a asumir medidas para que, poco a poco, el campesinado retorne a sus actividades, pues, por falta de apoyo e incentivo, las abandonó. Además, las ciudades no pueden dar a todos los migrantes de áreas rurales buenas condiciones de vida. Los que van a las ciudades en pos de trabajo logran lo mínimo, muchos son contratados para labores de servidumbre o se dedican al comercio minorista de subsistencia.
Por ello al campesino se le debe dar semillas, abonos y equipos mecánicos para labores agrícolas. Con un pronto retorno al campo, se podría importar menos alimentos, evitando fuga de divisas. Esta tarea es muy importante, pues vamos dejando de producir hasta productos nativos como la papa y otros, lo que deteriora la economía popular, más en esta época de vacas flacas.