La escasez de la divisa norteamericana provocada por el Gobierno incide de manera determinante en el aumento de precios de los insumos importados que se utilizan para la elaboración de diferentes productos en Bolivia, encareciendo el costo final que debe ser absorbido por el consumidor.
La crisis llegó al bolsillo de la gente, debido a la pérdida del valor adquisitivo del boliviano, pues se redujeron sus compras por el aumento del precio de los productos de primera necesidad, así como de los alimentos.
Productores de alimentos, trabajadores en metal mecánica y aluminio, confeccionistas, gremialistas, así también importadores de insumos, como tela y materia prima para la elaboración de productos, salieron en la semana a protestar por la falta de dólares, cuya situación provocó el encarecimiento de las compras y redujo las ventas por el aumento del valor de la mercadería.
A eso se suma, que el consumidor, ante la crisis que vive el país, ha optado por optimizar su gasto y dirigirlos a la alimentación y salud. En su momento, el economista Gabriel Espinoza, indicó que los consumidores en momentos difíciles toman sus recaudos, y reducen la erogación de dinero en diversión y cosas sin importancia, y se enfocan en las necesidades del hogar.
También, similar opinión tuvo el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, al indicar que la situación económica del país provocó que la gente priorice sus compras.
BCB
La actual situación fue provocada por la caída de las Reservas Internacionales, que a abril de la presente gestión llegó a 1.796 millones de dólares, con divisas que no pasaban de los 200 millones. Desde esta fecha se desconoce la cifra exacta, pues no se publicó información al respecto de parte del Banco Central de Bolivia (BCB).
Asimismo, las acciones de la entidad emisora fue el que provocó la creación de un mercado paralelo, cuando decidió comprar dólares a los exportadores a una cifra fija, con la intención de aumentar la divisa en el BCB, de acuerdo a la opinión, en una entrevista anterior, de Romero.
En febrero del año pasado, la escasez de dólares ya era un problema, y a pesar de los anuncios del BCB para ofertar la divisa a la ciudadanía, no logró cumplir con las expectativas, pues las filas eran largas y la demanda aumentó.
La escasez del dólar se agudizó, pues la gente no encuentra la divisa al tipo de cambio oficial, y por ello acude al mercado paralelo, en donde la oferta y la demanda fijan el precio, sin control del Gobierno.
A pesar de los operativos de detener gente que vende dólares por encima del oficial, el valor del mismo se disparó, hasta llegar a 15 bolivianos, luego bajó su cotización, pero no cayó al tipo de cambio fijo, aunque algunos medios indicaban todo lo contrario.
Marcha
Los gremialistas, junto a varios sectores económicos, anuncian marchas para el 2 de septiembre por falta de dólares, combustible y el incremento de precios de productos de la canasta familiar.
Los controles de precios sólo agrava la situación de los consumidores, porque los vendedores dejan de ofertar productos y los pocos que lo hacen suben el valor de la mercadería. La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) vende productos casi al mismo precio de los mercados, y ahora raciona la venta de algunos de ellos, acción que fue comparada con Venezuela o Cuba, donde procede el racionamiento.
Subvención
Al Gobierno, diferentes economistas, como Jaime Dunn, Gonzalo Chávez, Gabriel Espinoza, Darío Monasterio y Fernando Espinoza, por separado, sugirieron empezar gradualmente con la eliminación de la subvención a los hidrocarburos.
El analista y exautoridad, Mauricio Medinaceli, y Álvaro Ríos, plantearon diferentes metodologías para empezar a suspender el subsidio a los combustibles, a los diferentes sectores, pero el Gobierno hasta hace poco defendía la medida, pero el pasado 6 de agosto planteó pasar su responsabilidad a la población a través de un referéndum.
El beneficio requiere dólares y un presupuesto de 5.000 millones de dólares, tanto para la subvención como para la importación de los carburantes, recursos que ahora no cuenta el Gobierno y por ello plantea el referéndum.
Hace meses atrás, el sector productivo de Santa Cruz indicó que están dispuestos a asumir el precio internacional del diésel, siempre y cuando se eliminen los controles de precios y haya libre exportación de productos, así como se autorice el uso de biotecnología.
Sin embargo, la escasez de dólares provocó que las importaciones de insumos y materias primas para el sector agropecuario, así como para la industria nacional, eleven de valor, lo que ocasionó que los productos suban sus precios, a pesar de la subvención.
Productos tanto legales como ilegales, en promedio, elevaron por encima del 15% sus precios, de acuerdo a Romero.
Gas
El Gobierno dejó de recibir 4.000 millones de dólares por la venta de gas, y la situación se complicará con la suspensión de los envíos a la Argentina, en octubre, que reducirá aún más los ingresos.
Chávez en reiteradas oportunidades explicó que en 2014 llegaban al país alrededor de 6.000 millones de dólares por concepto de la venta de gas, pero en 2023, la cifra cayó a un poco más de 2.000 millones; mientras que las importaciones de combustibles representaron 3.000 millones.
La sugerencia al Gobierno para bajar el déficit fiscal, está en reducir el aparato estatal, cerrar las empresas públicas deficitarias, eliminar el gasto insulso y abrir la economía a la inversión extranjera, así como liberar las exportaciones, detalló, en su momento Monasterio.
Inversión
Tampoco se cuenta con recursos para la inversión pública, y cada semana presenta información sobre los créditos que solicita para impulsar varios proyectos, en diferentes regiones del país. Culpa a la Asamblea por la situación y la escasez de dólares, por no aprobar los créditos, que pasan los 1.000 millones de dólares.
Mientras tanto, el BCB realiza acciones para adquirir recursos a través de la Bolsa Boliviana de Valores (BBV), de acuerdo a redes sociales.
La deuda pública alcanza a 80% del Producto Interno Bruto (PIB), pero la interna supera a la externa; mientras el Gobierno asegura que tiene margen para prestarse más de organismos internacionales.