No obstante que siempre es importante estudiar asuntos relacionados con la economía para lograr, finalmente, un desarrollo sostenible, en tiempos difíciles, como los actuales para nuestro país, es urgente afrontar problemas como la escasez de dólares, la disminución de las reservas monetarias, el déficit comercial, el agotamiento de las reservas de gas, principal fuente de ingresos para las arcas nacionales, entre otros. Es obligación del gobierno de turno mejorar la situación económico-financiera de la población, que hoy vive en condiciones insatisfactorias porque sus ingresos resultan disminuidos ante el encarecimiento de productos de la canasta familiar, lo que eleva el costo de vida.
En una época de normalidad, el gobierno nacional daría prioridad a planes de desarrollo, contando con ingresos propios o algunos créditos extornos para hacer obras a favor de regiones que requieren caminos, industrias, hospitales, unidades educativas, etc. En la actualidad, es notorio que el Estado Plurinacional ha dejado de tener enormes sumas de dinero por la venta de gas y otras materias primas, por lo que, inclusive, clama por la aprobación de créditos externos en la Asamblea Legislativa. Sin embargo, si el país gasta más de lo que recibe por la venta de sus productos, dicha medida será como colocar un parche en una herida de consideración.
Precisamente, según analistas, debido a la escasez de recursos económicos el Estado ha echado mano de las Reservas Internacionales Netas (RIN) para afrontar diversos gastos, por lo que su nivel ha llegado a niveles preocupantes, así como la deuda interna y la externa, que deben ser sumadas para tener un panorama completo de la actual situación económica boliviana.
Pasado el uso festinatorio del dinero que llegó al país durante la época de las vacas gordas, por la venta de gas al Brasil y Argentina, principalmente, durante el gobierno masista de Evo Morales, ahora, al parecer, se deberá pedir varios créditos a organismos internacionales, lo cual implica pago de intereses, que pueden ser elevados en caso de países insolventes. Pero, al mismo tiempo, se anuncia aparatosos proyectos que nos llevarían a la industrialización, como la explotación del litio, del hierro del Mutún, entre otros, sin que hasta la fecha se conozca avances significativos en ese sentido.
Por todo ello, se requiere estrategias para salir de la difícil situación económica y dirigir al país hacia el desarrollo, para satisfacer las necesidades de la población, cuyos ingresos casi siempre están deprimidos. En todo caso, en una recuperación económica, sobre todo si está dirigida al desarrollo, la población no debe ser solo generadora de riqueza, sino que se debe reducir los niveles de pobreza y mejorar su formación educativa y cultural. El desarrollo implica alcanzar índices mayores de progreso; disminuir el desempleo y hacerlo junto a la actividad privada que resulta muy importante en toda transformación económica, especialmente para crear fuentes de producción de bienes y servicios.
Necesidad de planes para afrontar la crisis
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