La Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco) se ha declarado en estado de emergencia, debido a que la escasez de dólares, la falta de combustible, incremento de precios de los materiales y la demora en la cancelación de pagos, afectan la viabilidad de las obras, y pone en riesgo 1,5 millones de empleos, directos e indirectos.
Plantearon un reajuste de precios de los contratos ante el incremento de precios de los materiales de construcción, en especial de importados, debido a que representa mayores costos, que tienen que ser absorbidos por los empresarios.
El presidente de Caboco, Raúl Solares, dijo que están en riesgo las obras de ministerios, debido a la imposibilidad de importar los materiales para continuar con los proyectos estatales.
Indicó que alrededor de 50% de los proyectos en ejecución, entre medianos y grandes, enfrentan la imposibilidad de importar materiales para el desarrollo de las obras.
El impacto del encarecimiento de precios, está golpeando muy duro a las empresas constructoras, y el reajuste es un pedido constante que ha sido planteado al Gobierno y en este momento tiene que ser abordado, apuntó el titular del sector.
Recordó que el sector viene enfrentado impactos negativos desde la pandemia, pospandemia y ahora con la coyuntura económica actual, que va a provocar que muchas empresas entren en pausa o cierren definitivamente, ante la imposibilidad de seguir operando.
“Estos desafíos no solo están impactando negativamente a las empresas del sector, sino que también ponen en riesgo la continuidad de importantes proyectos de infraestructura que son fundamentales para el desarrollo económico y social del país. De no tomarse medidas inmediatas muchas obras podrían verse paralizadas”, dice parte del pronunciamiento de la Cámara.
Cuatro problemas
Los constructores identificaron como primer problema la escasez de combustible, porque está afectando la operación de equipos y maquinaria en todas las obras, además del transporte de materiales encareciendo los costos.
El segundo problema es la falta de divisas, que está dificultando la importación de insumos, equipos, maquinaria y otros recursos esenciales para la construcción, lo que a su vez ralentiza el progreso de las obras y afecta la capacidad de las empresas para cumplir con sus compromisos.
El tercer problema es el incremento de los precios sin precedentes de materiales de construcción, especialmente los importados, lo que han elevado los presupuestos de las obras en ejecución y ha puesto en riesgo la continuidad de proyectos tanto públicos como privados.
En cuarto lugar, se mencionó la demora de cancelación de pagos. En ese marco, alertó que se están generando problemas en el sector tributario para lo cual deberán plantearse mecanismos que permitan gestionar un alivio de impuestos y realizar facilidades como disminución de multas e intereses.
En ese sentido, la industria constructora pidió al Gobierno la continuidad del diálogo nacional por la economía y la producción. Además, propuso una reunión específica sectorial con la Cámara para abordar estas problemáticas de manera urgente.
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