miércoles, septiembre 4, 2024
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Marchas de protesta y bloqueos no faltan

Cuando el MAS llegó al poder en 2006, porque la población estaba cansada de gobiernos anteriores que incurrían en corrupción, nepotismo y otros males, se esperaba que el nuevo régimen cumpliera con todo lo que ofrecía con su “proceso de cambio”, es decir, acabar con los vicios anteriores y gobernar “escuchando al pueblo”, sin discriminaciones. Pero pasados varios gobiernos masistas, no solo que la situación no ha mejorado, sino que ha prevalecido la repartija de cargos públicos y la asignación de obras para favorecer a los partidarios del partido gobernante.
Después del impune derroche de las enormes cantidades de dinero recibido, principalmente por la venta de gas a países vecinos, hoy, cuando las reservas de ese energético “han tocado fondo”, es innegable la crisis económica que afecta a millones de bolivianos que no viven del Estado. En esa situación de deterioro del país, resaltan problemas como la falta de dólares, de combustibles, así como el encarecimiento de productos de la canasta familiar, el aumento del desempleo, la depredación de áreas protegidas, los dudosos resultados del censo 2024, las maniobras políticas para aferrarse al poder y muchos otros.
Por ello varios sectores sociales expresan descontento y asumen medidas de protesta como huelgas, marchas de protesta y bloqueos de calles y carreteras, las cuales restan tranquilidad a quienes solamente quieren trabajar. Casi a diario uno y otro sector protesta en contra de autoridades por medidas gubernamentales que considera inaceptables. No son pocos los grupos sociales que creen que el gobierno dilata las soluciones de problemas y solo cuando se agravan recurre a medidas ineficaces o que solo son paliativas. En otros casos trata de lavarse las manos, como al llamar a referendo para que el pueblo decida, por ejemplo, si se mantiene o elimina la subvención a combustibles, la cual fue mantenida por demagogia, sabiendo que tiene un costo elevado, difícil de atender en época de vacas flacas como la actual.
En consecuencia, sigue latente el deseo de que un nuevo gobierno no repita los enormes errores cometidos desde 2006 y se dedique realmente a unir a la población boliviana y con correctas políticas económicas lleve al país hacia un desarrollo sostenible. Y que los más capacitados, hombres y mujeres, sean llamados para ocupar cargos públicos y no como ahora, que muchos son funcionarios solo por haber apoyado al MAS en las calles o por haber contribuido económicamente a campañas electorales azules.
En todo caso, las ciudades son víctimas de manifestaciones de protesta que surgen con frecuencia, como si fuesen remedio para la falta de soluciones, que es consecuencia de la inoperancia del gobierno de turno, reacio a escuchar, en los hechos, las advertencias que salen desde la sociedad civil para que las autoridades nacionales obren con corrección, austeridad y para beneficio general.

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