viernes, septiembre 6, 2024
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Sin austeridad, seguirá la economía en deterioro

Como se había presagiado hace años, cuando el país recibía ingentes cantidades de dinero por la venta de gas y otras materias primas, si el gobierno del MAS no actuaba con tino y prudencia, la situación económica se deterioraría. Sin embargo, desde el año 2006, las autoridades nacionales, obnubiladas por esa bonanza económica, surgida por la elevación de precios en mercados externos, creyeron que el Estado podía hacer gastos festinatorios para favorecer principalmente a sus afines. Pero esa creencia era falsa y la población fue engañada con promesas demagógicas, en sentido de que todo mejoraría con el “proceso de cambio” instaurado con bombos y platillos.
En la actualidad, cuando las reservas de gas están en extinción, la principal fuente de ingresos económicos del país, surge un tardío reconocimiento de que faltó previsión, aunque sin que evistas o arcistas, que gobernaron juntos antes, asuman la responsabilidad por ese hecho. Por ello hoy todas las reparticiones estatales deberían sujetarse a las partidas presupuestarias y, además, observar conductas austeras y, en lo posible, ahorrar, evitando sobre todo gastos dispendiosos e irresponsables.
Sin embargo, cuando distintos sectores sociales salen a las calles para protestar por la crisis económica que agobia al país, principalmente por la falta de dólares y de combustibles, sorpresivamente el gobierno ha hecho conocer un decreto que concede aumento salarial, con carácter retroactivo, a los ministerios de Hidrocarburos, Obras Públicas y Minería, vale decir, para las empresas que dependen de estas carteras de Estado. Esta actitud llama la atención, porque son varios los grupos sociales que piden un mejor trato económico, como de jubilados, maestros, etc., sin que sean atendidos hasta la fecha.
Al parecer, al gobierno no le interesa asumir medidas de austeridad, como reducir gastos y empresas estatales deficitarias, porque no quiere perder votos, con vistas a las elecciones generales de 2025. Pero, en época de crisis, es indispensable obrar con austeridad, no solo en la administración pública, sino en la economía privada (incluida la hogareña). En el caso de los recursos económicos del Estado, además, no son propios de un partido, sino de la nación, por lo que su manejo tiene que ser cuidadoso. No se debe olvidar que tanto el presente como el futuro de un país depende de cubrir obligaciones y, sobre todo, de satisfacer necesidades de la población.
Cuando los gobernantes no actúan con prudencia, esos gastos corren el riesgo de comprometer a la propia nación porque, en su momento para cumplir con obligaciones, se tiene que recurrir a los préstamos externos o, peor, hacer uso de las reservas económicas que pertenecen a la nación. En economía no se debe gastar más de lo que se tiene, considerando que, de todos modos, Bolivia debe honrar compromisos cuando obtiene créditos de organismos internacionales.

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