La falta de dólares y combustible, en especial el diésel, ralentiza la actividad productiva de empresas e industrias, mientras van en aumento los precios de los productos nacionales e importados. Economistas alertan la posibilidad de estanflación, mientras diferentes sectores anuncian movilizaciones con tinte político.
El sector productivo, en reiteradas oportunidades, exigió a las autoridades del sector de hidrocarburos garantizar el abastecimiento de diésel para la siembra y la cosecha, para no reducir la producción y la oferta de productos al mercado nacional.
En agosto, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) se declaró en emergencia por la falta de diésel, pero también por la falta de la aprobación de nuevos eventos, así como la liberación de las exportaciones y la eliminación de la banda de precios.
El pasado mes, agropecuarios y Gobierno se reunieron para buscar soluciones a los pedidos del sector. En la cita se abordó el uso de tecnología, y se garantizó el abastecimiento de diésel, pero el primer punto todavía no alcanza un acuerdo.
El economista Gonzalo Chávez, en entrevistas con medios de comunicación, anunció que Bolivia posiblemente ingrese a una estanflación, que significa un incremento de la inflación, es decir precios, y un estancamiento del crecimiento.
Algunos economistas son más pesimistas y anuncian que posiblemente se ingrese a una recesión, debido a que las medidas paliativas no tocan el problema de origen, como es el excesivo gasto público, que se aumentó con la inauguración del Centro de Monitoreo de Seguridad Alimentaria.
La economista Beatriz Muriel y directora del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), que participó en el coloquio de economía, organizado por Comunicad Ciudadana (CC), anunció que la situación del empleo es complicado, y la situación puede empeorar, pues la economía nacional puede enfrentar una estanflación, con lo que la crisis de la situación laboral, se agudizaría.
El presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, en una entrevista anterior con este medio, también indicó que Bolivia estaría ingresando a una estanflación, por el incremento de la inflación.
Dato
El pasado fin de semana, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que la inflación en agosto llegó a 1,58% y el acumulado a 4,61%, porcentaje que superó a la proyectada por el Gobierno en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2024, de 3,6%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó, en julio, que la inflación de Bolivia llegaría a 4,86% en la presente gestión, tal como va la cifra al octavo mes del año, está cerca de superar el porcentaje.
De acuerdo a datos del INE, el crecimiento de la economía nacional al primer trimestre de la presente gestión alcanzó a 1,31%, menor a la cifra registrada en similar período del 2023, que llegó a 2,39%, y de lejos al 2022, que alcanzó 4,76%.
Menores ventas
y producción
El sector comercial siente que las ventas bajaron, debido a que los productos registraron un incremento de los precios y las personas dejaron de adquirir algunos bienes o servicios, por la pérdida del valor adquisitivo de la moneda nacional.
El economista y exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza, en una entrevista anterior, explicó que la gente cambia de hábito de compras por la falta de liquidez, y prioriza sus adquisiciones, como alimentos y productos de salud.
Hace semanas atrás, los productores de textiles y el sector artesanal en general, salieron a las calles para exigir al Gobierno que dé soluciones a la escasez de dólares y estabilice la divisa, pues el incremento provocó una subida de precios de las materias primas, como la tela, y tuvieron que elevar el valor de sus prendas, pero redujeron sus ventas.
De continuar la escasez de dólares, la oferta de productos se encarecerán y en algunos casos ya no llegarán por el costo que significa traerlos, ante eso puede que haya un desabastecimiento de algunas mercancías, alertan los economistas.
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El clima político no ayuda a mejorar la economía, pues se observa una disputa por una sigla y de poder para las elecciones del 2025. El Movimiento al Socialismo (MAS), de acuerdo a analistas políticos, crea una cortina de humo con su pelea interna y división para dirigir la mirada al conflicto, así distraer a la ciudadanía sobre los problemas económicos que afectan a la mayoría de la gente, debido a la devaluación del boliviano o la pérdida del poder adquisitivo.
En la semana, diferentes grupos afines al partido de Gobierno realizarán marchas en apoyo a la gestión, como lo anunciado por la Central Obrera Boliviana (COB), pero también para exigir la aprobación de créditos.
Romero, en su momento, lamentó que el funcionamiento del Gobierno sea en base a créditos externos, ante la imposibilidad de generar recursos propios, así como también por deuda interna.
Mientras el bloque “evista” del MAS anunció una movilización para el 17 de septiembre, decisión asumida en su Congreso, realizado el pasado 3 de septiembre sin supervisión del Tribual Supremo Electoral (TSE). Asimismo, los campesinos de las 20 provincias de La Paz señalaron que a partir del 16 empezarían los bloqueos de caminos, por lo que recomendaron a la población abastecerse de productos.
Como se recordará, el crecimiento económico proyectado por el Gobierno en su Presupuesto 2024, es de 3,71%, mientras el Banco Mundial estima 1,4%, el Fondo Monetario Internacional 1,6% y la Comisión Económica para América Latina sólo 1,7%.
Los organismos internacionales apuntan a que Bolivia no crecerá más del 2%, en el peor de los casos; sin embargo, los economistas bolivianos anuncian efectos adversos de la crisis que vive el país, con la falta de dólares y combustible, así como por el incremento de precios de la canasta familiar.