Campañas oficiales de tumbo en tumbo

Desde hace unos veinte años la ciudadanía observa a diario que el país se está desintegrando, por obra y gracia del Estado Plurinacional y sus medidas legales y económicas, por la misma Constitución Política del Estado y otras normas secundarias. Al mismo tiempo se lee que las autoridades perciben las críticas del pueblo y anuncian la realización de grandes campañas para así responder a las demandas de sectores populares que piden que varios problemas sean solucionados.
Se comprueba, entonces, que desde la cabeza del Estado Plurinacional hasta los últimos funcionarios públicos se mueven agitadamente y reaccionan emocionalmente, diciendo que los asuntos críticos serán resueltos con una determinada campaña, ya sea de alimentación popular, vacunación de perros, mejoras en las empresas públicas y demás obras públicas.
La lista de campañas oficiales es larga y si se hace un balance de su desarrollo queda demostrado que, a pesar de su suntuosidad, son un fracaso, sin contar los millones que son gastados en publicidad, el derroche en viáticos y pasajes, en programas de ayuda sin respaldo. No se trata de hablar sin base, porque los casos son evidentes. En efecto, encontramos la campaña sobre salud pública, acabar con la corrupción funcionaria estatal, reducir el desempleo, mejorar la educación y otras decenas más de anuncios, a cuál más estrepitosas. También se observa campañas contra el aumento de áreas de cultivo de coca, de lucha contra el narcotráfico, contra el contrabando, contra la subida de precios de alimentos, contra la fuga de capitales, etc.
¡Nada más claro! Abunda la propaganda para aparentar que los problemas son encarados por el gobierno, pero la realidad es otra. En muchos casos se trata de medidas de corto alcance, es decir, paliativas y que pueden dar resultado solo por un breve tiempo. Lo importante es que las campañas oficiales son al final un fracaso. Tal es el caso de la campaña contra el tráfico de drogas, actividad ilegal que antes consistía en transportar unos gramos, pero ahora son descubiertos dentro y fuera del país toneladas de cocaína, además de marihuana.
También la campaña contra el contrabando es aparatosa, pero ese mal sigue creciendo y ya se habla de que grandes grupos delictivos lo administran. En efecto, cada cierto tiempo se anuncia decomisos de mercadería de contrabando por valores elevados, más que en tiempos anteriores. También se informa periódicamente sobre desmantelamientos de fábricas de droga, pero tal actividad sigue en expansión. Como estas campañas, otras tienen la misma característica, ser insuficientes mientras el gobierno no asuma de verdad medidas contundentes para acabar con esos y otros males.