Con base en el último informe del BCB respecto a nuestras Reservas Internacionales Netas (RIN), se hizo un breve análisis de la compra y venta de oro hecha por esta entidad monetaria bajo la ley 1503, ley del oro, en este último año. De agosto 2023 a agosto 2024 el BCB ha comprado 12,38 toneladas de oro fino del mercado interno, sin embargo, ha vendido 15,97 toneladas de nuestras reservas de oro, habiendo a la fecha un déficit de 3,59 toneladas de oro. De hecho, nuestras reservas de oro a finales de diciembre 2023 eran de 23,51 toneladas, ahora son de 22,37 toneladas, con un descenso del 5% en estos últimos 8 meses.
Durante los últimos 3 cuatrimestres, las ventas de oro fueron mayores que las compras, con excepción de mayo a agosto 2024, cuando fueron compradas 3,73 toneladas de oro, pero las mismas fueron vendidas en el mismo periodo, por eso el saldo es “cero”. Este detalle es importante, ya que las reservas de oro en nuestras RIN, son claves y fundamentales, representan el 90% de reservas internacionales brutas, que no solo están influenciadas por sus precios internacionales, sino por las operaciones financieras que se hacen con las mismas, entre ellas su monetización para financiar el gasto público estatal.
Haciendo una comparativa de los componentes de las reservas del oro del Banco Central de Bolivia (BCB), se observa que del cuatrimestre de agosto-diciembre 2023 a mayo-agosto 2024, el oro depositado en el exterior aumentó en un 4% y el oro depositado en bóvedas del BCB cayó en 67%. Actualmente del total de nuestras reservas, el 94% se encuentra en el exterior y solo un 4% en posesión del BCB. El oro en proceso de refinación ha decrecido en un 67%. Actualmente tenemos 22,37 toneladas de reservas de oro, al límite de lo establecido como mínimo por la ley del oro.
No hay información pública sobre las cantidades y precios con los cuales se compró el oro en el mercado interno, y bajo qué condiciones, como tampoco con qué precios, cantidades y a quienes se vendió nuestras reservas de oro en los mercados internacionales. Se requiere un informe detallado para determinar qué tipo de oro compramos exactamente, pero, sobre todo, qué oro estamos vendiendo, que al parecer son nuestras reservas de oro que están en las entidades internacionales. La corriente mundial de los bancos centrales es comprar oro para sus reservas, dado que este metal precioso tiene una mayor garantía para la estabilidad macroeconómica de un país, ya que las divisas se deprecian y son más vulnerables a shocks externos. En cambio el oro tiene una tendencia a subir de valor, como se ha observado en los últimos meses. Bolivia es el único, o uno de los pocos tal vez del mundo, que está vendiendo sus reservas de oro actualmente.
Finalizando, el detalle no solo es que estamos vendiendo nuestras reservas de oro, que sería positivo si es que las mismas serían para fortalecer o incrementar nuestras RIN, lo cual se llamaría invertir en las mismas, sino que con las divisas obtenidas por su monetización se financia el gasto corriente estatal, como lo ha indicado el BCB en todos sus informes de reservas internacionales. De enero a agosto de 2024, de nuestras RIN se ha gastado $us 1.643 millones en la importación de carburantes, $us 1.048 millones en el pago de servicio de la deuda externa y solo $us 503 millones para los diferentes agentes económicos, que se supone que son la banca privada, empresarios, exportadores, importadores, otros. Esta cifra es insuficiente para aminorar la escasez de dólares y minimizar la presión por un tipo de cambio paralelo que supera los Bs 10.
El costo de oportunidad será alto, ya que estamos vendiendo barato, pero compraremos caro, considerando que la onza troy del oro está por encima de los $us 2.500, esta tendencia es que siga creciendo. Pero no solo es por las operaciones en los mercados internacionales, sino porque mientras compremos y vendamos nuestras reservas de oro, y no las invirtamos en nuestras propias RIN, simplemente estas serán un flujo (tipo caja chica) de ingresos y gastos en dólares, muy dependientes del comercio exterior (público y privado) y de créditos externos (con condicionamiento político). Para evitar vender más nuestras reservas de oro, y dar una mayor sostenibilidad y estabilidad a nuestras RIN, se debe implementar políticas que reduzcan el “mal mayor”, el elevado gasto público. Además, se necesita implementar acciones que den condiciones al sector privado exportador en términos monetarios y fiscales. No debemos depender de créditos externos, o justificar los mismos para resolver nuestra crisis, hay que ver otras opciones. A la inversión extranjera directa, se le debe dar seguridad económica y jurídica, para que la misma vuelva, mediante una normativa que haga atractivo invertir en nuestro país, pero para ello se necesita un cambio de modelo. En esta coyuntura se ve que es complicado, ya que lo ideológico pesa más que lo pragmático, sin embargo, si queremos mejorar nuestra economía y nuestras propias RIN, necesitamos el apoyo de los privados, sobre todo de capitales extranjeros. Una piedra enorme se carga más fácil entre varios.
El autor es Presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.