No es de extrañar el seudo resultado del levantamiento de información sobre el número de habitantes que se obtuvo el día del Censo Nacional de Población y Vivienda. Debido a que, lamentablemente, el INE por primera vez pasó de ser un ente técnico a un ente político. Esta contaminación trajo como consecuencia los resultados fraudulentos que están dirigidos a intereses netamente políticos.
Esto se veía venir, desde que se fijó: a) Fecha censal (23 de marzo), día histórico en Bolivia, tan significativo después de nuestro sagrado Himno Nacional. b) La distribución de recursos económicos de acuerdo con el número de habitantes (debería ser según necesidades de cada región). c) Fin de semana para facilitar la migración de la población a sus lugares de origen o donde poseen un bien inmueble, para ser favorecidas estas regiones o municipios con mayores recursos, lo que trajo como consecuencia que muchos centros urbanos y poblados aparezcan con súper población y otros despoblados.
Muchos ciudadanos dimos a conocer en forma anticipada a las autoridades de Gobierno y del INE estas tres observaciones, pero como era de suponer, hicieron caso omiso de las mismas.
Lamentablemente, este mega proyecto que es la base para realizar planes y proyectos en nuestro país, se encuentra en manos de gente con poca experiencia o tal vez ninguna, ya que la meritocracia brilló por su ausencia desde un principio en el INE.
La parte más importante en todo Censo es la Pre – Censal. Por los resultados obtenidos se ve que no hubo una supervisión adecuada, menos un seguimiento riguroso en todas sus etapas, por personal calificado. Los funcionarios tuvieron el tiempo y recursos económicos suficientes para realizar un trabajo eficiente, pero se aplazaron por las razones arriba mencionadas.
Si entramos en detalle por la parte TÉCNICA, la Actualización Cartográfica (trabajo de campo) se hizo en la mayoría de los casos por simple información de las autoridades del lugar para su segmentación (carga de trabajo a los censistas). La Delimitación Territorial no estuvo bien definida para esta tarea, ni la Capacitación a los Censistas, los cuales fueron reclutados a última hora, en forma improvisada. Ellos en su mayoría hicieron el llenado de las boletas según criterio propio o ayudados por sus propios compañeros, puesto que su capacitación fue muy deficiente.
Todos estos factores dieron como resultado la OMISIÓN de población en el país, además de la duplicidad de habitantes en algunas regiones y la desproporción en otras.
Pero esto no se arregla en una mesa técnica, como ya pasó en el Beni, es en el terreno la revisión, vale decir un TRABAJO DE CAMPO óptimo, con una cobertura total y un personal calificado.
En conclusión, se debería anular el Censo y realizar otro en el año 2026 sobre la base de éste y con los recursos que seguramente no fueron gastados en su totalidad.
El autor es cartógrafo.