sábado, septiembre 14, 2024
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Las revoluciones libertarias de 1810 y de 1812 de Cochabamba

Luis Antezana Ergueta Alejandro Antezana Salvatierra

Parte I

Según enseñanza errónea de la historia oficial de Bolivia, se sostiene que la revolución de Cochabamba del 14 de septiembre de 1810 duró dos años y terminó el 27 de mayo de 1812, fecha en la que se produjo la Batalla de la Coronilla.
Esa versión es incorrecta, ya que esa revolución de 1810 terminó con la Batalla de Amiraya del 3 de agosto de 1811, en la que vencieron las fuerzas realistas antipatriota José Manuel Goyeneche quien, al día siguiente, rindió y entró triunfal a Cochabamba, luego de un acuerdo con el gobernador Francisco del Rivero, el mismo que cambió de bando y, once días después, junto con una compañía de caballería de 200 efectivos pasó a Potosí, subordinándose a las órdenes de Goyeneche, quien tenía el objetivo de avanzar hacia Salta para luego pasar a reprimir a la fuerza patriota asentada en Buenos Aires.
Dos meses después de su marcha a Potosí, cuando aquél se encontraba en plenos preparativos para efectivizar dicho objetivo, el 29 de octubre de 1811 estalló la segunda revolución libertaria de Cochabamba, que duró siete meses y que fue sangrientamente aplastada el 27 de mayo de 1812.
En Cochabamba hubo, por tanto, dos movimientos revolucionarios, el primero encabezado por el gobernador Francisco del Rivero, del 14 se septiembre de 1810, y el segundo encabezado por el gobernador Mariano Antezana, del 29 de octubre de 1811, contando ambos movimientos insurgentes con la participación del coronel Esteban Arze y sus fuerzas de caballería.
La segunda revolución libertaria se produjo cuando Goyeneche se alistaba para incursionar de Potosí hacia Jujuy, Salta y Tucumán con la intención de aplastar la revolución de Buenos Aires, cuando el movimiento libertario argentino estaba debilitado debido, particularmente, a diferencias intestinas y escasez de material bélico; por lo que era muy posible que el ejército del general Manuel Belgrano sufriera una derrota ante el poderío militar con el que contaba Goyeneche, junto con los pueblos nombrados que, a su vez, hubieran seguido la triste suerte que sufrió Cochabamba.
La segunda revolución de octubre de 1811, que por aclamación popular nombró a Mariano Antezana Casafranca como gobernador de la provincia y presidente de la Junta de Gobierno subordinada a la Junta Gubernativa de Buenos Aires, frustró los planes de Goyeneche, quien se vio obligado a dar media vuelta y, en vez de ir hacia el sur, retornó al valle para aplastar la revolución cochabambina.
De esa forma, el arequipeño Goyeneche suspendió su ataque a los patriotas argentinos y de Potosí pasó hacia Chuquisaca, de donde marchó hacia Aiquile y Mizque para tomar el rumbo con dirección a Cochabamba, encabezando un ejército compuesto de estrategas españoles y criollos, poderosa artillería, numerosa caballería y tropa conformada, en su mayoría, por gente proveniente de diversas provincias del Perú.
Entretanto, los revolucionarios de Cochabamba ya se habían pertrechado con anterioridad y habían organizado la defensa con gran despliegue de energías e iniciativas, contando también con la participación de Esteban Arce y sus tropas mayormente de Tarata, Totora y Cliza.
La defensa de Cochabamba fue planificada con esmerado y pertrechada con todo tipo de armas, especialmente de producción local, como granadas de mano y cañones de estaño, ingeniosamente fabricadas por artesanos y técnicos de la ciudad, con aportes de ciudadanos criollos y mestizos adinerados. De ese modo, se formó un ejército de más de cuatro mil hombres, dispuestos defender Cochabamba, para evitar las mismas derrotas que había sufrido del Rivero en Sipe Sipe y Amiraya, en agosto de 1811.

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