Luego del mensaje con el que el presidente Luis Arce Catacora responsabilizó a Evo Morales por los posibles efectos de las medidas de presión a iniciarse esta semana, políticos y asambleístas de oposición señalan que nuevamente quedó en evidencia la pelea interna por el control del Movimiento al Socialismo (MAS), misma que amenaza con convulsionar el país, demostrando el colapso y decadencia de esta organización política.
Para el jefe de bancada por Comunidad Ciudadana en Diputados, Enrique Urquidi, el mensaje de Arce no se dirigió al pueblo boliviano sino a la dirigencia y militancia del MAS, al no haber abordado temas de interés nacional sino referirse exclusivamente a la pugna interna de esta organización política y la lucha por una candidatura en los comicios 2025.
En ese sentido, afirmó que nuevamente quedó en evidencia la falta de propuestas para solucionar las necesidades del país, además de la decadencia y el colapso del masismo.
«El mensaje Presidencial, fue de masistas y para masistas, ha servido para que los bolivianos terminemos de confirmar el colapso y decadencia del proyecto político del MÁS, ya no tienen propuestas para el país, solo cuentas por saldar», expresó Urquidi.
Por su parte, el expresidente y líder de CC, Carlos Mesa, apuntó que las amenazas de convulsionar el país responden a la pelea interna entre Arce y Morales, todo por el control del MAS.
«El ansia de poder y la ineptitud de dos personas, no puede arriesgar la estabilidad, la paz y la democracia, especialmente en momentos en que los incendios siguen devastando los bosques y la crisis económica destruye las esperanzas de las familias bolivianas», sostuvo Mesa a través de sus redes sociales.
El domingo por la noche, horas antes del inicio de medidas de presión por parte del «evismo», el presidente Luis Arce acuso a Evo Morales de haber planeado no sólo una marcha, sino también bloqueos de caminos y una huelga de hambre, con la intención de imponer su candidatura presidencial. Incluso alertó de un golpe de Estado.
Ayer, Morales respondió al primer mandatario asegurando que existe desesperación y confusión en sus palabras, comparando su postura con la de Carlos Mesa antes de renunciar a la presidencia.