Hace menos de una semana, las autoridades del Ministerio de Energía y Minas ofrecieron como una gran noticia la solución de los problemas de pago de un buque con combustible que había arribado a las costas de Cuba en agosto.
Pese a ello, el 25 de septiembre la estatal Unión Eléctrica (UNE) volvió a reportar déficit de combustible para la generación, lo que impediría contar con más de 500MW y mantendrá elevados los apagones.
De acuerdo con el parte diario sobre la disponibilidad de energía en el país, durante el último martes hubo apagones por déficit de generación durante las 24 horas, con un máximo de 1.022MW en la hora pico.
Y pese a que solo están fuera de servicio por deterioro la unidad 2 de la Termoeléctrica de Felton y la 5 de Renté, y en mantenimiento la 2 de Santa Cruz del Norte, para el martes el déficit máximo pronosticado será de 850MW.
¿A qué se debe lo anterior? Después que a fines de la pasada semana disminuyera el número de motores de generación distribuida (o grupos electrógenos) sin operar por escasez de combustible a menos de 40, esa cifra vuelve a incrementarse. Si bien el martes eran 42 los que se encontraban en esa situación, para la jornada del miércoles serán 46 los afectados. Esa cifra supone 357MW dejados de generar.
A ello se suma que las patanas rentadas por La Habana a la empresa turca Karadeniz Holding emplazadas en la bahía de Santiago de Cuba y la que está conectada, en la bahía de La Habana, a la subestación eléctrica de Melones, están fuera de servicio por la misma razón. Esto supone, indicó la UNE, 248MW dejados de producir.
Sumando el déficit que ambas tecnologías aportan, la escasez de combustible implicaría en total 605MW no generados, que si se suman a los 541MW que deja de entregar la generación térmica, alcanzan los 1.146MW no aportados por el sistema eléctrico nacional.
Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, aseguró la semana pasada que la crisis eléctrica que durante septiembre vivieron los cubanos obedece al arribo insuficiente de cargamentos de petróleo a la Isla.
El funcionario aseguró que, en las actuales condiciones de lo que denominó «economía restringida en Cuba», se consumen diariamente 3.000 toneladas de hidrocarburos, por lo que un barco de 20.000 toneladas alcanza para una semana.
«Se precisan dos o tres barcos durante siete días para abastecer diésel, gasolina, gas licuado, fuel oil y turbocombustible», agregó.
El pasado jueves, Argelio Abad, viceministro primero de Energía y Minas, señalo a la televisión cubana que ya «se logró hacer efectivo el pago en la cuenta del proveedor» de un buque cisterna, cuyo combustible sería destinado a la generación distribuida.
Diario de Cuba confirmó entonces que este buque era el Marlin Azurite, que según Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, «parece una compra spot que cargó en Amberes, Bélgica, y llegó a Cuba en agosto». O sea, el problema de pago de esa carga habría tomado casi un mes para resolverse.
El experto indicó que en el periodo entre el 25 de agosto y el 19 de septiembre últimos la Isla apenas recibió cargamentos de combustible.
«Cuba no está recibiendo el suficiente petróleo para cubrir su déficit», aseguró.
Sin embargo, mientras que la generación distribuida usa diésel para operar, las patanas consumen fuel oil. Así que la paralización de las barcazas turcas apunta al agravamiento del problema.
Piñón indicó que la situación de «cuellos de botella» para la descarga de buques con cargamentos destinados a la Isla puede deberse a dificultades con «líneas de crédito o efectivo para comprar spot en los mercados internacionales». Es decir, La Habana no tendría dinero para honrar sus compras y las empresas estarían renuentes a descargar el combustible sin un depósito bancario.
Asimismo, podrían existir «problemas técnicos en las refinerías, lo que no les permite procesar petróleo crudo», así como menos envíos por parte de los tres principales socios políticos y tablas de salvación de los últimos años: México, Venezuela y Rusia. (DDC)