Los países de la Unión Europea dieron ayer su visto bueno a la adopción de elevados derechos de aduana sobre los automóviles eléctricos chinos, una iniciativa que resquebrajó la unidad del bloque y presagia una enérgica respuesta del “gigante asiático”. La iniciativa prevé aranceles adicionales provisorios de hasta un 35% a vehículos eléctricos chinos, que se añadirán a la tasa ya existente, del 10 por ciento.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, había propuesto en julio imponer estos aranceles, ante la sospecha de que las firmas chinas se benefician de ayudas estatales. De acuerdo con fuentes diplomáticas, 10 países votaron a favor (entre ellos, Italia, Francia y Polonia), 12 se abstuvieron y cinco lo hicieron en contra (incluidos Alemania y Suecia).
“La propuesta de la Comisión Europea para imponer derechos compensatorios definitivos a la importación de vehículos eléctricos desde China, obtuvo el apoyo necesario de los Estados miembros”, sostuvo la Comisión Europea en un comunicado. Pese a ello, Bruselas aseguró que ambas partes “continuarán trabajando duro para explorar una solución alternativa que sea completamente compatible con la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.
MALESTAR DE CHINA
Los aranceles, que se están aplicando de forma provisional desde julio, entrarán ahora en vigor de forma definitiva cuando se publiquen en el Diario Oficial de la UE, a más tardar, el 30 de octubre. Ante el riesgo a entrar en una guerra comercial con China, la división entre los Veintisiete aumentó en los últimos meses. Alemania, de hecho, endureció su postura, ya que en una primera votación no vinculante a mediados de julio, decidió abstenerse.
El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, reaccionó a la decisión ayer diciendo que la Comisión “no debe desatar una guerra comercial”, y en lugar de ello debe buscar “una solución negociada” con Pekín. En tanto, el grupo alemán Volkswagen, mayor fabricante europeo, tachó los aranceles de “mal enfoque” para la competitividad de la industria del continente.
En respuesta, China ya inició una investigación a las importaciones de carne de cerdo y productos lácteos de la UE. La Cámara de Comercio de China en la UE, por su parte, expresó su “profunda insatisfacción” por las “medidas proteccionistas” de Bruselas. Asimismo, afirmó que los equipos “siguen en intensas negociaciones para encontrar soluciones”, por lo que pide “encarecidamente” a la parte europea que “actúe con prudencia, posponga la aplicación de los aranceles y se comprometa a dialogar para evitar la escalada de las fricciones comerciales”. (Dw, Efe y Afp)
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