Se trata de un producto elaborado sobre la base de caña de azúcar y desarrollado por la startup paulista Dermbio Biotech, una spin-off de la Universidad de Campinas.
Se estima que en el mundo hay alrededor de 20 millones de pacientes afectados por heridas complejas. Independientemente del tamaño de dichas lesiones, en esos casos suele hacerse difícil aplicar apósitos que ayuden a recuperar el área rápidamente, pues las lastimaduras pueden tener los más diferentes formatos y tamaños.
Lo ideal sería entonces contar con una opción personalizable. Y fue precisamente esto lo que la startup Dermbio Biotech, de la ciudad de Campinas, en Brasil, desarrolló con el apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP.
El producto es una membrana cicatrizante que se aplica directamente sobre las heridas. “Como es totalmente personalizable, no es necesario hacer recortes. Es una solución que, en contacto con las heridas, forma una membrana con una alta adherencia en la zona afectada”, explica Ana Flavia Pattaro, directora administrativa e investigadora de la empresa.
Según la ingeniera química, este producto es ideal para quienes padecen heridas crónicas. “Es el caso de los ancianos que permanecen acostados durante mucho tiempo y se les forman escaras, por ejemplo”, señala. “Lo propio vale para los pies de los diabéticos, las heridas por falta de vascularización o las quemaduras de segundo grado, entre otros tipos de lesiones. Solamente no puede aplicárselo en heridas contaminadas con bacterias en proceso infeccioso. Es para todo tipo de heridas limpias”, pondera.
Si bien este concepto no es inédito, Dermbio emplea un solvente con una composición exclusiva. “Existe un interés mundial en crear apósitos que eviten la contaminación, la pérdida de material y la generación de residuos contaminados”, comenta la ingeniera de materiales Maria Ingrid Schiavon, socia de Dermbio. “No hay ninguna otra composición como la nuestra. Somos la única startup que promueve la cicatrización bajo estos principios”, compara.
El producto debe aplicarse directamente sobre la herida. “Con el paso del tiempo, las células se adhieren al material y lo consumen. Con esa proliferación celular, el tiempo de cicatrización se acorta”, dice Pattaro. Según la investigadora, la diferencia reside en los ingredientes que integran el solvente, pues no contiene componentes tóxicos para el organismo humano. “Existen opciones que emplean ese mismo polímero, pero no puede aplicárselo de la forma que proponemos porque el producto lleva solventes muy tóxicos que son perjudiciales para el organismo. El nuestro carece de toxicidad y es excretado por el organismo naturalmente”, afirma.
Schiavon sostiene que ésta es la gran innovación del proyecto. La startup evaluó la cantidad de ese material que el organismo puede absorber sin que se produzca una intoxicación. “Hemos hallado una alternativa que ha venido siendo buscada incluso por las grandes empresas”, dice. “Nosotros hemos logrado encontrar el material que permite aplicar la membrana directamente sobre la herida.”
Esta novedad contemplará a los pacientes que conviven con heridas crónicas desde hace bastante tiempo. “En esos casos, hacía falta algo que brinde una mejor calidad de vida”, subraya Pattaro. “Las opciones disponibles son en general dolorosas, y suelen actuar más bien como paliativo, pero no como solución. Nuestro producto cuenta con potencial como para mejorar el día a día de esas personas debido a que es confortable, permite la movilidad, disminuye el tiempo de tratamiento y tiene una alta relación costo-efectividad”, dice.
Con un alto rendimiento
Según Schiavon, esta alternativa es del tipo de los apósitos de alto rendimiento. “No se los encuentra con facilidad en Brasil. Notamos que acá es más común que se emplee una mezcla de productos, pues no existe un medicamento único, de fácil acceso y de bajo costo, que acelere la cicatrización de esas lastimaduras. Con nuestra propuesta de apósito, el paciente no necesitará aplicarse varios compuestos”, estima. “Y no es necesario cambiarlo: es posible aplicarlo nuevamente”, dice Pattaro.
De este modo, una vez que se aplica esta solución sobre la herida, solamente hay que seguir el desarrollo de la cicatrización. “No se afecta a la nueva piel que se está formando al retirar un apósito para aplicar el otro. Tras la aplicación, el paciente puede ponerse un poco más, de ser necesario, pero no va a tener que lastimar el tejido que se encuentra en formación. En decir que además es mucho menos doloroso para el paciente.”
Las investigaciones con la membrana cicatrizante aún están en curso, pero las científicas ya han observaron que el proceso de recuperación se acelera mediante el uso de este producto. “Estimamos que acortará al menos un 30 % el tiempo de cicatrización”, afirma Schiavon.
La aplicación
Esta solución puede aplicarse de dos maneras: vía espray o con un aplicador. “Ese aplicador, que se llama electrohilador, deposita la solución polimérica sobre la herida y genera una estructura tridimensional sobre ella, lo que facilita aún más la adherencia celular”, explica Pattaro. Este proceso puede concretarse en casa o en una unidad sanitaria; en este último caso, puede emplearse un mismo aplicador con diversos pacientes, ya que puede reemplazarse y esterilizarse el pico aplicador.
Las investigadoras comentan que el objetivo es ofrecer una solución de fácil aplicación. “Debe ser una opción que ayude a achicar el flujo de pacientes que necesitan ir diariamente a la unidad de salud para efectuarse ese tratamiento”, subraya Pattaro.
La idea de diseñar esta solución surgió de la experiencia de las socias con el polímero de ácido poliláctico (PLA). “Pretendíamos desarrollar un material que le llegase a la población. Sabíamos del reto del solvente, pero durante esa investigación logramos hallar la solución”, comenta Pattaro. “A fin año esperamos haber terminado de realizar las pruebas necesarias, para luego solicitar la regulación ante la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria [Anvisa]. Estimamos que en dos o tres años este producto estará listo para salir al mercado”, cree.
Aún no hay cálculos del costo del producto, pero las investigadoras comentan que la materia prima empleada es muy barata, ya que proviene de la caña de azúcar y se encuentra ampliamente disponible en Brasil; y el método de fabricación se desarrolló en el país. “Aspiramos a que esta alternativa llegue al Sistema Único de Salud [el SUS, la red de salud pública nacional], que es donde la mayor parte de la población se atiende”, afirma Pattaro.
Dermbio es una spin-off –tal como se les denomina a las empresas que surgen a partir de una tecnología o un conocimiento (protegidos o no) generados en el ambiente académico− de la Universidad de Campinas (Unicamp).
Investigación para la Innovación/ Agencia FAPESP.