Con la plantilla de convocados completa y el aliento de su hinchada, la Selección Boliviana de Fútbol ayer cerró su trabajo en el estadio municipal de Villa Ingenio de El Alto.
El grupo se completó con la llegada, en la víspera, de los legionarios Lucas Chávez y Roberto Carlos Fernández, quienes arribaron a La Paz y de inmediato se pusieron bajo las órdenes del entrenador Óscar Villegas, con miras al partido que mañana, desde horas 16:00, se cumplirá frente a Colombia, por la novena fecha de la Eliminatoria Sudamericana al Mundial 2026.
Fernández llegó a territorio nacional el lunes por la noche tras un viaje de más de 35 horas desde Rusia. Se supo que hizo escala prolongada en Santa Cruz de la Sierra, debido a que la humareda que invade el cielo oriental, evitó la salida de los vuelos regulares hasta la Sede de Gobierno; empero, este jugador no podrá ser de la partida frente a Colombia por suspensión, pero sí frente a la selección argentina, para la décima jornada clasificatoria.
“El apoyo de la gente es lo más importante. Ilusiona jugar de local, en casa y ganar con nuestra hinchada, a eso hay que apuntar más allá del rival”, declaró el futbolista a los medios televisivos cruceños.
Lucas Chávez, en cambio, llegó a la Paz de forma directa en la mañana del martes, desde Arabia Saudita. Según dijo, «está en condiciones óptimas para alternar en el equipo titular»
“Son los dos equipos que llegaron a la final de la Copa América, hay que sacar los tres puntos y luego hacer un buen partido con Argentina”, remarcó, destacando la calidad de los rivales: Colombia y Argentina.
En cambio, para el capitán Luís Haquín : «la prioridad ahora es ganarle a Colombia».
“Los próximos dos partidos son mucho más importantes que los que pasaron y eso será preponderante para seguir con el foco en nuestro objetivo, que es ganar el partido ante Colombia y sacar un buen resultado ante Argentina”, dijo el zaguero.
Durante el entrenamiento de ayer por la tarde, hubo estricto control para evitar que se filtre información respecto al trabajo de Óscar Villegas. Villa Ingenio tuvo las puertas selladas durante el tiempo de trabajo que se prolongó por más de tres horas y a decir del propio estratega. «La confidencialidad es una medida necesaria para evitar que el rival se entere de los movimientos tácticos y el plantel titular que se presentará».
«Vemos innecesarias muchas tomas (filmaciones) que se realizan del trabajo. Al menos yo veo que estas no son utilizadas para informar a la opinión pública. Entonces, tenemos que ser cuidadosos», dijo.
Una vez concluida la labor, la Verde tuvo acercamiento a la hinchada de El Alto, que al grito repetitivo de «Bolivia, Bolivia» despidió al plantel que mañana tiene que rendir su primer examen difícil para seguir con la racha ganadora que le acompañó en el pasado mes de septiembre.
GHILKA SANABRIA