La aparente inmunidad e impunidad del expresidente Evo Morales Ayma podría estar en tela de juicio, si no existiesen contra él denuncias de parte de la opinión pública, que no deja de olvidar que su gobierno de más de doce años se caracterizó por hechos económicos y políticos de gravedad y que merecen ser investigados, no solo para aplicar sanciones ejemplarizadoras, sino ante todo para que sirvan de experiencia histórica y no vuelvan a ocurrir.
Se dice que el mejor método es conocer la vida de los países para que los gobernantes no repitan los errores pasados y así recorran un camino de progreso permanente. Es decir, sin las equivocaciones políticas y menos los económicas que, en su tiempo, causaron la decadencia y hasta la casi desaparición de las naciones. En efecto, ese sería el procedimiento idóneo para la tranquilidad de pueblos que, en un momento de descuido, fueron objeto del abuso de parte de cualquier aventurero que se cruzó en su camino y llegó al poder.
Al respecto, en primer lugar, Evo Morales ya fue objeto de una demanda judicial por una fiscal de Tarija, quien había emitido una orden de aprehensión para el sindicado, la cual fue revocada por otra autoridad judicial de Santa Cruz, dejando el asunto para el archivo, donde quedó, al parecer, para cubrirse con el polvo del olvido.
Pero, al presente, el gobierno del Estado Plurinacional ha propuesto enjuiciar al expresidente Morales, ya no por asuntos políticos, sino delitos comunes, como estupro y trata y tráfico de personas, que son delitos de orden penal u ordinario. También ha determinado que el caso tenga carácter reservado.
Morales ha reaccionado poco menos que haciendo burla de la justicia, considerando posiblemente que aún tiene partidarios en los Órganos del Estado, por lo que esos juicios lo tienen sin cuidado, en particular el referido a estupro o abuso sexual a una menor de edad. Sin embargo, ese último argumento cae por su propio peso, pues no estaría lejano el día en que el autócrata se vea sentado en el banquillo de los acusados, pues los delitos de los que ahora se le acusa no son de persecución política.
En la historia de Bolivia, con regularidad se han realizado juicios de responsabilidades a expresidentes y en casi todos los casos los acusados resultaron inocentes. Pero ahora ya no se trata de un juicio de esa naturaleza, por lo que se puede esperar notables noticias en el futuro. En todo caso, se ha planteado un juicio al exmandatario y es posible que el proceso se cumpla en su totalidad o parcialmente, de acuerdo con el desarrollo de la actividad judicial del país, la composición de las nuevas autoridades judiciales y el desarrollo de los acontecimientos políticos.
¿Irá Evo al banquillo de los acusados?
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