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10 de octubre de 1982: Gobierno militar entrega el poder

Jorge Santistevan Justiniano

El 10 de octubre del presente, se cumplieron los 42 años del ejercicio continuo de la democracia. En este proceso histórico de transición, de gobiernos militares a gobiernos civiles, cabe resaltar que, por decisión de las FFAA, el mando militar, encarga al general Guido Vildoso Calderón que, en el término de hasta un año de gobierno, haga entrega del mando presidencial a los actores políticos del país, para el ejercicio de la democracia con representantes que el pueblo tenga a bien elegir.
El Gral. Guido Vildoso cumplió la misión en menos de tres meses; y es así que el ejercicio del poder pasa a manos de Hernán Siles Zuazo. Con ello, se consolida el retorno de la democracia en el país, desafortunadamente hasta el 2006, cuando el MAS con Evo Morales instala un gobierno autoritario, que fue avanzando hacia la dictadura con Arce Catacora. El pueblo fue engañado y las FFFAA hoy están en el peor momento de su historia. El Estado está invadido por organizaciones criminales que están destruyendo y controlando el país.
En la actualidad, la izquierda internacional, dirigida por lo mexicanos con el Foro de Puebla y los venezolanos, brasileños y cubanos con el Foro de San Pablo, son quienes diseñan las políticas de control del Estado boliviano, porque cuidan un pivote geopolítico que les permite mantener protegidas a organizaciones criminales de todas las especialidades, principalmente ligadas al narcotráfico, que genera millones de dólares para sus gobiernos. Para ello debilitan el sistema de defensa, la seguridad y soberanía del Estado mediante gobernantes de escasa preparación y grandes ambiciones personales, como Evo Morales y su ex ministro de Economía, Luis Arce Catacora, quienes se encargaron del debilitamiento de las FFAA. Ellos empiezan pasando a la reserva activa a dos promociones enteras, sin justificación alguna, a manera de purga de jefes militares institucionalistas. Luego continuaron con el asedio a las FFAA y a la Policía, aprovechando la permeabilidad de estas instituciones por los mandos traidores y cómplices del régimen. Así lograron desinstitucionalizarlas, para ponerlas al servicio del gobierno. Organizaron el sistema PIO: “programa de igualdad de oportunidades”, dando espacios a familiares de los dirigentes cocaleros y de masistas en los colegios y escuelas militares, quienes sin condiciones físicas ni capacidad intelectual, egresaron como oficiales. Luego crearon la escuela anti imperialista, con el fin de cambiar la doctrina militar por la corriente socialista. Cambiaron el lema de las FFAA: “subordinación y constancia”, por “Patria o muerte, venceremos”, como tributo al criminal internacional Ernesto “Che” Guevara. Cambiaron la bandera de guerra tradicional, fruto de la inspiración en los héroes de la independencia, por la whipala que nada representa para la guerra. Crearon la simbología “chacana”, un símbolo esotérico absurdo, reemplazando a nuestro histórico escudo nacional.
Mientras tanto, el mando militar corrupto permanecía en silencio cómplice; intercambian hasta el día de hoy conocimiento y entrenamiento militar con las FFAA de Venezuela, especializándose en la represión al pueblo y en el área de inteligencia. Convirtieron a la EMI, el IGM, Cofadena y MINDEFENSA en un botín delictivo para enriquecer a la clase política, a la cabeza del primer mandatario. Crearon los fenómenos Kaliman y Zúñiga, con trayectorias oscuras, para someterlos políticamente y crear golpes de Estado falsos. Por encima de la justicia militar procesan a militares, quienes en cumplimiento a órdenes del poder político son enjuiciados en el campo de la justicia ordinaria. Frustraron la carrera militar a varios coroneles que reclamaron respeto a las leyes y reglamentos militares. Después de 42 años de vida democrática, debemos descontar 18 años de autoritarismo y de dictadura.
Es necesario recalcar que los militares nunca aceptamos ni aceptaremos a los comunistas, llámense socialistas, progresistas o como quieran, porque nacimos libres y lucharemos por la libertad del pueblo boliviano, condenando la mala administración del Estado y el abandono de la población a merced de las organizaciones criminales.
Desearía sonar más esperanzador, pero estamos frente a una gran amenaza de que aquello que ocurre en cuba y Venezuela, es el precursor de lo que podríamos sufrir, si no logramos contrarrestar al MAS. Debemos preparar nuestras mentes y corazones para estar en condiciones de afrontar una gran batalla, por una Bolivia libre, democrática y soberana.

El autor es Cnl. (SP), docente, abogado constitucionalista.

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