sábado, diciembre 21, 2024
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APOYAR A LOS NIÑOS EN EL PROCESO DE DUELO

Primero debemos aclarar que el duelo es un proceso caracterizado por un conjunto de representaciones mentales, emociones y comportamientos vinculadas a una pérdida afectiva.

Cuando muere un ser querido, puede ser difícil saber cómo ayudar a los niños a enfrentar la pérdida, especialmente porque usted estará atravesando su propio duelo. Lo que los niños pueden entender sobre la muerte depende en gran medida de su edad, sus experiencias vitales y su personalidad. Entre los 6 y 10 años, los niños empiezan a comprender que la muerte es algo definitivo, incluso aunque no entiendan que esto le ocurrirá a todos los seres vivos algún día. Cuando los niños entran en la adolescencia, empiezan a entender que todos lo seres humanos finalmente mueren, independientemente de su categoría, su comportamiento, sus deseos o lo que sea que intenten hacer.

 

¿Cómo podemos manejar una situación de pérdida?

De ser posible, la persona más cercana al niño debe ser quien le dé la noticia, incluso si esa persona es uno de los padres y también está de duelo. Está bien si la persona que comparte la noticia está triste o llorando, pero es importante que pueda mantener sus emociones bajo control para no alarmar más al niño en una situación que ya de por sí es difícil. Si el padre en duelo está demasiado afectado como para dar la noticia con cierta calma, entonces debería ser la siguiente persona más cercana al niño quien hable con él.

¿En qué momento debo darle la noticia a mi niño? No existe el momento perfecto para compartir la noticia, sin embargo es recomendable que los niños sean informados lo antes posible, dentro de lo razonable. Idealmente, espere hasta el final del día escolar. Usted quiere evitar que su hijo escuche la noticia inesperadamente de alguna otra fuente o que vea a un grupo de personas llorando o conmocionadas, lo que podría ser muy aterrador para él. De ser posible elija el lugar donde va a tener la conversación con cuidado; procure contarle a su hijo en algún lugar donde él pueda sentirse libre de tener cualquier reacción y eso probablemente no sea en un lugar público. Trate de usar un lenguaje directo y prepárese para dar una breve explicación de cómo o por qué ocurrió la muerte. Pero no tiene que entrar en muchos detalles. Es mejor dar poca información e ir agregando más detalles dependiendo de las preguntas que hagan, y mantener las explicaciones más cortas, más simples y más directas.

 

Algunas recomendaciones son:

  • Déjese guiar por el niño. El tipo de preguntas y preocupaciones que los niños tienen pueden ser muy diferentes a las de los adultos. Darles demasiada información puede abrumarlos. Es mejor dejar que hagan preguntas y luego responder de la mejor manera posible.
  • Estimule a los niños a expresar sus sentimientos. No intente “proteger” a los niños ocultando su propia tristeza. Invariablemente sabrán que algo está mal y esto podría hacerlos sentir solos y confundidos. Ocultar su propio dolor también puede hacer que los niños piensen que la tristeza que están sintiendo es mala.
  • Mantenga las rutinas tanto como sea posible. El proceso de duelo tarda un tiempo, pero los niños se benefician de las rutinas y de saber que la vida continúa.
  • Conmemorar a la persona que murió. Recordar es parte del proceso de duelo y de sanación. Esto puede ser tan simple como compartir recuerdos o mencionar el nombre de la persona que murió para que su hijo sepa que no está prohibido hablar de esa persona y recordarla. También es importante no quitar las fotos durante un tiempo.

 

MARÍA CONCEPCIÓN BRITO PIÑA – Psicologa

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