El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, en su columna titulada “Incendios forestales en Bolivia: Prevenir, gestionar y sancionar”, afirma que millones de árboles calcinados, animales carbonizados, hectáreas de vegetación quemada y millones de personas impactadas por la humareda, es el resultado de los incendios en Bolivia.
Camino al cuarto mes desde el inicio del mayor desastre ambiental en la historia del país, se siguen reportando escenas de dolor inimaginables. No solo en Santa Cruz hay incendios, también en Beni, La Paz, Cochabamba, Tarija, Pando y Chuquisaca, aunque la región cruceña es el epicentro.
“Los índices de contaminación evidentemente generarán problemas en la salud, sobre todo alergias, problemas respiratorios y conjuntivitis, incluso problemas cardiovasculares que aumentan el riego en nuestros adultos mayores, nuestros niños no están exentos”, sostuvo la ministra de Salud y Deportes, María Renée Castro.
Al respecto, el director del Instituto Nacional del Tórax, Marco Antonio García Choque, mencionó que “es importante establecer las consecuencias que estamos pagando dentro de la ciudad de La Paz, son los hospitales privados, hospitales del Estado, como el Instituto Nacional del Tórax que está recibiendo pacientes con descompensación y se temé que aumente la cantidad de pacientes”.
Ya que el humo está compuesto por gases volátiles, como el dióxido de carbono, el dióxido de azufre y otras que producen una lesión inmediata a los pacientes con bronquitis y esquizofrenia; la manifestación es con tos, lagrimeo, molestias de alergias así también como la dermatitis.
“Se recomienda a toda la población tener mucho cuidado de estar en contacto de exposición prolongada en la calle, o en el ambiente que está contaminado, en caso de ser necesario deben usar barbijo, pero es mejor permanecer en casa”, mencionó García.
EFECTOS DE LA
HUMAREDA
Los efectos de los incendios en la salud de la población que está expuesta a su inhalación alcanzan a las vías respiratorias como los alvéolos pulmonares e incluso llegar al torrente sanguíneo y aún más grave puede generar problemas cardiovasculares. Puede agravar enfermedades como el asma y la EPOC, aumentar el riesgo de infarto de miocardio e ictus, dificultar la concentración, reducir la capacidad del organismo para combatir infecciones y provocar complicaciones en el embarazo y el parto, problemas de salud mental, inflamaciones en pulmones, riñones, hígado y probablemente otros órganos e incluso algunos tipos de cáncer.
Aumenta potencialmente la mortalidad en poblaciones vulnerables, como ancianos, niños y portadores de enfermedades cardiovasculares o respiratorias crónicas.
El presidente de la Sociedad Boliviana de Neumología, Marco Antonio García, explicó que el primer efecto es inmediato con la picazón en los ojos y el ardor en la garganta; el segundo es a largo plazo, por ejemplo, la patología del tabaquismo que genera bronquitis. “Cuando uno fuma un cigarro lo hace con filtro, pero el aire que estamos fumando nosotros los estamos haciendo sin filtro”.
Los efectos a largo plazo son tan graves que personas con enfermedades de base que se encuentran con tratamientos pueden presentar cuadros de fibrosis pulmonar, en la mayoría de estos casos no hay una causa, pero debido a este contexto lo más seguro es que se deba a la contaminación del aire. (Brújula Digital)