Como es de conocimiento público, hace algunos años fue instalada la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) en la localidad cochabambina de Bulo Bulo, con un costo de mil millones de dólares. Según la propaganda oficialista, con la producción de urea como fertilizante, el país gozaría de alta producción agrícola y se lograría la “seguridad alimentaria”. Sin embargo, ha pasado bastante tiempo desde esa promesa y no se cumplió ninguno de los ofrecimientos del gobierno del MAS-IPSP. Desde entonces, esa empresa estatal no funcionó con normalidad y enfrentaba gran cantidad de graves dificultades técnicas y de otro tipo. Pero finalmente entró en producción con bajísimos rendimientos. La inversión de mil millones de dólares fue un verdadero chasco para el pueblo boliviano.
Al presente, en el complejo industrial de Bulo Bulo se anunció que, después de una serie de parálisis en su funcionamiento, ha vuelto a operar y está produciendo urea para abastecer a los agricultores nacionales, a fin de que mejoren la producción agropecuaria y disminuya la escasez de alimentos que preocupa a la población. Al mismo tiempo, se dijo que los agricultores bolivianos iban a usar la urea para mejorar la producción de sus tierras.
Pero todos esos ofrecimientos cayeron en saco roto y lo seguirán haciendo, por varias causas, entre ellas que los campesinos no tienen dinero para comprar el fertilizante; no saben cómo utilizarlo y principalmente porque la Constitución Política vigente y su política agraria, no les permiten cultivar en adecuadas condiciones sus parcelas, por lo que han migrado a las ciudades o al exterior.
Ahora bien, vayamos al caso (hipotético) de que los agricultores adquieran urea para producir alimentos, ¿cuál será el resultado? Si permanecieran en sus sayañas utilizando la urea, ¿podrán vender sus productos si no la saben aprovechar? Por el contrario, disminuirá aún más esa producción. En efecto, la tierra no da suficiente renta a los campesinos. Ni qué decir de los que ya no tienen tierra, debido a que han sido privados del derecho de propiedad de sus parcelas. Pero, en total, el método con urea no hará subir la producción agropecuaria, debido a que los campesinos no obtienen la ganancia que esperan.
Es necesario recalcar que la única solución es que la tierra sea liberada y los campesinos puedan gozar de sus derechos de propiedad. Solo así habrá mayor y adecuado consumo de urea y aumentará la producción agrícola.
Por otro lado, mientras las autoridades solo den a conocer puntos de vista pragmáticos, no verán con claridad el asunto de la alimentación, las causas del actual desabastecimiento. En consecuencia, se seguirá demostrando que es un mito del Estado Plurinacional la seguridad alimentaria y que la cuestión agraria no es motivo de la mayor atención por parte del gobierno de turno.