lunes, octubre 21, 2024
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Lavado de manos y elección de magistrados

El asunto de la elección de magistrados por medio del sistema del voto universal, se ha convertido en el problema político peliagudo y de más larga duración durante la existencia del Estado Plurinacional. Este asunto está en un estado de crisis permanente, pues inclusive su marcha ha sido tergiversada y en vez de que se trate de seleccionar a los mejores postulantes a magistrados, ha derivado en el surgimiento de diversos cuestionamientos e incidentes jurídicos que alejan la posibilidad de solución.
Pero, en realidad, el concepto puede denominarse la “papa caliente” del tema político, creado por la actual Constitución Política, a cuyos autores se les ocurrió elegir a los magistrados por un método desconocido en la historia del mundo, es decir por votación popular. Esa idea solamente podía haberse incubado en la mente de algunos políticos de tierra adentro.
Puesto en práctica el procedimiento de ese tipo, resultó desde el principio un fracaso y dos elecciones anteriores lo demuestran. Sin embargo, el error se repite por tercera vez. Entonces, desde hace casi dos años, todos los organismos que tienen a su cargo el embrollo, no lo resuelven y se lavan las manos, arrojando la “papa caliente” a otra instancia burocrática.
Así, sucede desde hace tiempo, por lo que el engendro pasa de mano en mano y ninguno se lo lleva. Esto nos recuerda un consejo popular: “cuando tengas en tus manos una papa caliente, arrójala de inmediato a quien fuera”. En efecto, diputados y senadores atendieron varias veces el asunto, sin poder concluirlo. Enseguida, el tema pasó al Órgano Judicial, donde también pasó de uno a otro, a la espera de remitirlo al Órgano Ejecutivo. Cuando la fecha de elección fue fijada para el 1 de diciembre, parecía que el problema llegaba a un final. Pero de inmediato aparecieron nuevos obstáculos inesperados y el asunto volvió al comienzo.
Cando ya se creyó que todo iba sobre rieles, dos salas del Órgano Judicial vetaron el asunto y emitieron fallos que retrasaron el proceso electoral. Y así pasó el tema a una instancia más elevada, donde no se sabe qué hacer con la papa caliente y, además, no se sabe a quién tirarla. Pero parece que el Tribunal Constitucional superará esa instancia y abrirá el camino a la elección por voto universal. Es más, la papa caliente irá a caer en manos de un pueblo votante y no se sabe qué hará con ella. Sin duda, también la arrojará, pero esta vez al vacío y la elección de magistrados quedará en un enorme cero, debido a que la última instancia en este proceso será un fracaso, pues es posible que, ante el cansancio y la turbulencia, la población decida la abstención y todo vuelva a fojas cero.

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