La libre importación de combustibles es un pedido realizado por empresarios y economistas, ante la incapacidad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para cubrir la demanda de gasolina y diésel, entidad cuyos ejecutivos solo culpan al bloqueo. Hace 18 meses se observa el irregular abastecimiento y ahora la exautoridad del Ministerio de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, apoya el pedido y plantea cambios en la normativa para que se plasme.
Además, el exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, declaró que apoya la libre importación, pero también la libre comercialización y recordó que el subsidio poco a poco se desplaza con la imposición de dos gasolinas a precios diferenciados y un diésel con la misma metodología
La autorización de importación para privados solo es para consumo propio y no para la comercialización, por ello Ríos sugiere abrir el mercado boliviano, y permitir que hasta los surtidores puedan importar gasolina y diésel, y de esta manera ayudar a YPFB.
“Con eso salimos parcialmente de este problema profundo que se tiene”, la falta de combustibles sen el mercado nacional, y es una medida que se requiere hacerlo urgentemente, apuntó.
ANÁLISIS
“Hoy en día el mercado boliviano de diésel y gasolina, es decir los consumidores, están demostrando que la eliminación del subsidio no solo es posible, sino que es una realidad. Muchos consumidores en el país, sobre todo de los grandes sectores económicos, están pagando precios internacionales por ambos productos porque entienden que es mejor pagar un precio alto a detener la producción. YPFB no podía dejar de subirse a este coche y reactivó la venta de gasolinas a precios internacionales”, señala Medinaceli en su blog de opinión: Libre comercialización de gasolina y diésel: cuando la gasolina más cara es la que no hay.
Sostiene que, si bien no todos los consumidores están dispuestos a pagar precios de la gasolina y diésel sin subsidio, sobre todo el sector del transporte; existe un grupo (pequeño quizás) que sí lo hace y sin problema, porque entienden que es mejor “tener a no tener”.
Entonces urge eliminar el párrafo VI del artículo 17 de la Ley de Hidrocarburos, que menciona lo siguiente: “La importación de hidrocarburos será realizada por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), por sí o por contratos celebrados con personas individuales o colectivas, públicas o privadas, o asociado con ellas, sujeto a reglamentación.”
La semana pasada los productores de arroz del Beni indicaron que están dispuesto a pagar el diésel a precio internacional para empezar la siembra del grano en la región, y la falta del combustible pone en riesgo la producción.
En su momento, los agropecuarios de Santa Cruz también tuvieron similar opinión que sus pares del Beni, pero ellos indicaron que, si bien optan por comprar combustible a precio internacional, el gobierno debía dejar flotar los precios de los productos y que el mercado fije el precio, además también indicaron que para compensar debía establecer la libre exportación.
Medinaceli sostiene que es necesario eliminar la burocracia para la importación y dejar que el mercado decida si quiere o no trabajar con YPFB. En simple cristiano, hay privados que quieren importar su propio diésel o gasolina sin pedir permiso a la estatal petrolera.
“Hasta el momento no se conoce el destino de la utilidad adicional que recibe YPFB por la venta de estos productos sin subsidio ¿se incrementó el precio de compra de petróleo de los operadores?”, pregunta.
Indica que existe la hipótesis de que los privados podrían ser más eficientes en la importación, por ello, podrían ofrecer un precio aún más bajo que el de YPFB. Si asumimos cierta la hipótesis de que actualmente existe un mercado negro en la venta de diésel y gasolina, entonces, al liberar dicha importación, el negocio se “vuelve legal” y por tanto, deberíamos esperar menores precios a los del hipotético mercado negro”, reflexiona.
Por ello está seguro al señalar que permitir la participación privada en la importación de diésel y gasolina, sin la necesidad de tocar las puertas de YPFB, podría disminuir las presiones actuales sobre el subsidio a estos productos.
Sugiere que la actual Ley de Hidrocarburos sea renovada con cuadros y textos más jóvenes, como se lo hizo con la selección nacional.