Cada 8 de noviembre cientos de personas se dirigen al Cementerio General de La Paz con cráneos humanos llamados Ñatitas, a los que rinden homenaje por favores recibidos. Los devotos afirman que las Ñatitas cumplen cualquier pedido, y mantienen esta tradición cada año.
En varios de los cementerios de la ciudad, los cráneos son colocados en altares y se les ofrece misas, mientras los creyentes acuden a visitarlos y orar en su honor.
Para algunos, la celebración va más allá de la oración e incluye fiestas con música, comida, bebida y ofrendas como coca, cigarrillos y alcohol, aunque no todos en la ciudad participan de esta costumbre ancestral