Mientras los bancos centrales de los países desarrollados buscan aumentar las reservas de oro, ya que consideran al metal como un activo estratégico y clave para su economía, Bolivia es uno de los pocos hace todo lo contrario, vender. “Somos uno de los pocos países del planeta que lo “estamos” vendiendo, según datos de la WGC (World Gould Council), señaló el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
Para el economista vender las reservas de oro, no es lo más sensato para una nación sub desarrollada, y menos en un escenario de crisis económica y política. “Nuestras reservas de oro, administradas por el Banco Central (BCB), son activos estratégicos y claves para la economía nacional, son como un rompe olas ante shocks externos, entre ellos los financieros”, apuntó.
La corriente es sumar oro, objetivo de los bancos centrales, para garantizar la estabilidad macroeconómica, además que el oro es un activo de mucha confianza por excelencia, inclusive por encima que cualquier divisa, y para rematar, su valor tiene una tendencia a subir en los mercados internacionales, cada vez más, reflexionó.
Explica que menos reservas de oro provocan más desconfianza e incertidumbre antes los ojos del mundo. Y esto ya lo observaron los diferentes organismos internacionales de financiamiento como también las calificadoras de riesgo, crédito e inversión a nivel mundial. “Bolivia con su crisis fiscal y cada vez con menos Reservas Internacionales Netas (RIN), en divisas, sobre todo, y con riesgo a que su oro se monetice en su totalidad, afectaría notablemente no solo a nuestra estabilidad económica sino a futuras calificaciones, lo que cual luego se traduciría en menos inversión, créditos externos más caros y consecuentemente menor crecimiento económico”, indicó.
En todo caso, si hacemos una simple comparativa, en abril de 2023, las RIN eran 3.158,3 millones de dólares, cuyo valor cayó en un 38% hasta el 07 de noviembre de 2024. Otro simple dato, desde esta ley 1503, se ha monetizado (vendido) 32,97 toneladas del oro de reserva, pero simplemente se han comprado 14,92 toneladas de oro fino del mercado interno, lo cual representa el 0,45% de lo que hemos vendido. Y, de hecho, este oro fino, no se considera como reserva de oro, como lo indica la misma ley. Es decir, poco y nada hemos “repuesto” de las reservas de oro que hemos tranzado en los mercados internacionales, explicó.
En mayo de 2023, previo a la implementación de la ley del oro, teníamos 42,50 toneladas en reservas de oro, el último dato a agosto de 2024, indicaba que teníamos 22,37 toneladas, denotando una caída de un 47% durante la aplicación de esta normativa, la cual no está cumpliendo a cabalidad sus objetivos, tenemos menos oro a favor del estado boliviano, ya que el mismo se vendió para financiar el gasto corriente gubernamental, principalmente para el pago del servicio de deuda externa y la compra de carburantes, tal como lo dicen los propios informes del BCB, explicó.