Los efectos del desabastecimiento de combustible reflejan crudos testimonios de conductores, principalmente del transporte pesado, quienes esperan por varios días y noches, hasta cinco jornadas, dentro de sus vehículos formados en las filas de las estaciones de servicio para comprar el diésel.
Don Martín, un padre de familia, contó que hace fila desde hace varias semanas en busca de diésel, en la ciudad de Cochabamba.
Asegura que está cansado de la situación que se atraviesa en el país. No tiene para comer, no hay un lugar para que pueda hacer sus necesidades biológicas y lo peor es que tampoco encuentra diésel.
“Solamente una colcha, ahí dormimos como animales, ¿Qué vamos a hacer?, el dinero también ya no nos alcanza ni siquiera para comprarse un plato de comida, hay que arrastrar de todo lado para sacar un poco de ahorro, lo que tenemos un poco de ahorro lo estamos echando todo al piso, porque en realidad, si nosotros no trabajamos, la familia muere de hambre”, dijo el hombre a Unitel.
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