Se trata de la historia de un personaje que, durante más de treinta años de su vida, desde sus actividades sindicales, se dedicó a bloquear al país y hacer tabla rasa con todo progreso, a título de ser el primer presidente indígena de Bolivia. En 2006, al llegar al poder, Evo Morales había ofrecido “refundar” el país, con la ideología populista, sobre la base del “proceso de cambio” y otras lindezas.
Empezó por paralizar la economía con marchas de sus seguidores. Esa política la puso en aplicación desde el gobierno, con la destrucción de todo lo que encontraba a su paso y con la complicidad de supuestos “movimientos sociales” y sus “intelectuales de izquierda”, sin hacer referencia a otros de origen externo.
Pero toda acción causa reacción y ésta se produjo en forma espontánea, ante el fraude electoral cometido para lograr su reelección. Esa manipulación de votos, originó la insurrección popular de noviembre de 2019, cuando el pueblo protestó al ver que el país había sido llevado a su desintegración.
Sin embargo, después del gobierno transitorio de Jeanine Añez, que también cometió graves errores, en el poco tiempo de su vigencia, el MAS logró retornar al poder, al asumir Luis Arce la presidencia del Estado Plurinacional. Finalmente, ahora en el partido azul hay dos bandos, de arcistas y evistas, enfrentados por imponer como candidato a Morales o Arce Catacora para los comicios del próximo año.
Entonces, con esa dudosa fragmentación partidaria, se produjo la restauración del populismo anarquista, que reanudó su política depredadora, con una ola de bloqueos de caminos, calles, y otras medidas de presión, con el maquillaje, desde el evismo, de que se demanda que el gobierno de Arce solucione grandes problemas, como la crisis económica, la falta de dólares y combustibles, el encarecimiento de productos básicos, etc. Por ello desde el ala evista se ha instruido un brutal bloqueo general de caminos, que duró más de veinte días, causando enormes perjuicios a la población.
Ese bloqueo, que particularmente dejó aislado a Cochabamba, además estaba destinado a lograr que Morales eluda procesos judiciales, al ser acusado de estupro y trata y tráfico de personas, así como habilitar su candidatura a la presidencia, a fin de que vuelva al poder, aplique el populismo y reanude el “proceso de cambio”, hoy en ruinas.
Pero cuando se marcha contra el curso de la historia, todo fracasa. El bloqueo terminó en cero y su caudillo cocalero fue derrotado. En consecuencia, Morales cosechó en pocos días lo que sembró en muchos años. Es más, resultó bloqueado en su sayaña del Chapare, donde dijo que se iba a dedicar a la crianza de peces.
Ahora el ex líder masista está perseguido debido a su funesto gobierno, por haber destruido Bolivia en quince años. No puede salir de su ayllu porque tiene orden de detención en el país. Tampoco puede salir a países como Argentina, Perú y otros, donde también hay órdenes de detención a su persona. Hoy, el acusado de pederastia está bloqueado, no sólo físicamente, sino también por su conciencia.